Karenin
No tengo la más mínima idea de cuanto tiempo llevamos aquí, ahora mismo ni siquiera sé si es de día o de noche, no sé cuando duermo o cuando estoy despierta, quisiera que esto fuera una horrible pesadilla y ya despertar, pero no, es la realidad, es lo que estoy viviendo. Mira hacia Elkan a mi lado, que está dormido, su ropa toda sucia y rasgada al igual que la mía. Siento algo húmedo entre mis piernas, como puedo las abro y miro hacia abajo y veo el líquido rojo, Oh Andrés! Pero que más da, igual me dejarán aquí.
Pasa el tiempo y Elkan despierta, esta habitación es peor a la otra donde estábamos, es más oscura, a penas hay una ventana alta y tiene madera pegada, pero tiene un pequeño hueco por donde se ve una estrella, una brillante, un lucero quizás, cuando era pequeña papá me decía que si me sentía mal de noche que viera las estrellas que entre ellas habría un brillante lucero y era Dios protegiéndome, pero ¿ Por qué no me cuida ahora y me deja vivir esta pesadilla? Pero aun tengo la esperanza de que saldremos vivos de aquí.
Miro a Elkan y sonrío, acabo de recordar la primera vez que me llego Andrés, fue muy gracioso. Teníamos diez año y estabamos sentados en mi cama discutiendo sobre música, yo llevaba un pantalon corto color crema, y en un momento me moví y él se quedó viendo el lugar donde yo estaba sentada, miraba con ojos muy abierto puedo decir que tenía miedo
-AAAHHHH!!!!- Gritó y se bajo rápido de mi cama.- Karenin, te estás desangrado, te estás muriendo, mira debajo de ti.
-¿Que? ¿De qué hablas?- miré hacia abajo y luego a él, luego mi cama otra vez y luego a Elkan otra vez, quien salió corriendo gritando.
-MAMÁ! MAMÁ! KARENIN SE ESTÁ DESANGRANDO! AYUDA!
Yo me quedé en el mismo sitio, aunque sabía lo que me estaba pasando estaba en shock, apenas tenia 10, no quería que eso me pasara. En un momento se abrió la puerta y mamá y papá entraron con Elkan, ambos asustados y los tres me miraron, no les dejé hablar cuando hablé yo...
-Mamá, papá... me ha llegado mi periodo.- Una lagrima salió de uno de mis ojos, papá salió asustado, mamá me fue a abrazar. Luego de que me bañé y me puse la toalla sanitaria, la charla que debió ser para mi fue para Elkan, fue y aún es gracioso las expresiones de su cara mientras mamá hablaba con él y yo comía mucho helado.
-¿De qué te ríes, Karenin?
- Es que me acaba de llegar Andrés y recordé, la primera vez que me visitó, supongo que lo recuerdas.
-Pues claro que lo hago, fue uno de los momentos más vergonzosos de nuestra vida, al menos para mi. Tenemos que pedir toallas para ti, y que dejen que te des un baño.
-¿Para qué? Igual estaré toda sucia, ahora solo será de sangre, al menos no estoy herida.
Me mira y suspira, y unas lagrimas se les escapan.
-Quiero que salgamos de aquí. Estas muy delgada, mira tus huesos, apenas hay rastros de mi curvilínea hermana.
-Saldremos de aquí, Elk, no sé cuando pero lo haremos, ya te lo prometí.
Seguimos hablando mientras supongo que amanece, porque por el mismo hueco ahora entra luz. Uno de los guardia entra, y mira el pantalon jean que pusieron hace días todo sucio de sangre, sus ojos se notan furiosos y me asusto.
-Tu estúpida niña, ¿QUÉ DIABLOS HAS HECHO?- Lo miro con miedo y agarrándome por el cabello me levanta, Elkan protesta pero él lo manda a callar.
- Es mi periodo, ogro idiota, te recuerdo que soy mujer y mi cuerpo funciona bien- me hala más fuerte del cabello, me saca de esta habitación y me lleva a lo que parece ser un baño.
-Dúchate, pronto, y esperas aquí mientras consigo algo para ti.- Dice con una voz gruesa y que me asusta un poco.
Lo miro y asiento. Cuando sale del baño me quedo sentada un rato en el suelo pensando. Estamos solos ahora, no estoy atada, podría intentar escapar. Y ese pequeño rayo de esperanza me hace sonreír.
HOLA!!!!! He vuelto, lamento haber tardado tanto. Gracias a los que siempre están votando y comentando y a los que se suman también.
Aqui un capitulo no triste, creo. Vaya, que reacción la de Elkan al conocer a Andrés.
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Elian
Novela Juvenil-Se supone que denuncies a tu agresor, no que lo defiendas. -Pero nos ayudó, nos ayudó a escapar. -Creo que tu locura esta vez ha sobrepasado sus límites.