Algarabía y alegría empezaron a invadir la casa mientras ellos aún tenían ese incomodó duelo de miradas.
Cuando Saito escuchó la dulce voz de Siesta organizando el trabajo de las mucamas, su mirada cambió, una sonrisa que Louise odiaba pinto el rostro del descarado joven, quien claramente estaba salivando de más de tan sólo escuchar a aquellas mujeres con las que solía pasar horas y horas en el granero.
–Tengo cosas que hacer –se encogió de hombros y luego le hablo con altanería a Frank– Sí mi esposa no me explica que pasa de una manera convincente tendrá que hacerlo usted, su presencia no es bienvenida –alzó el tono con desfachatez– ¿ME ESCUCHÓ?
–Eso lo veremos... Señor –Frank volvió a hacer una reverencia que Saito no merecía mientras lo veía retirarse.
Luego miro a Louise que no podía contener sus lágrimas de impotencia, ya ni siquiera eran por amor, era humillante para ella la situación que estaba viviendo.
Frank se puso de rodillas frente a Louise buscando sus ojos.
–Dime ¿qué quieres que haga?, dime ¿cómo ayudarte mi hermosa niña? –volvía a acariciar el rostro de Louise, limpiando sus lágrimas con los pulgares.
–Yo... yo... déjame sola, necesito pensarlo bien, pero... ¡ESTO SE ACABÓ!...–su voz llorosa se volvía a recuperar poco a poco volviendo a mostrar su orgullo.
Louise recorrió la casa donde había vivido el último año, pasaba sus dedos por los muebles, acariciándolos, buscando los buenos recuerdos, se encontraba con la sonrisa de Saito, sus besos, sus acercamientos, pero luego se dio cuenta de algo, mucho del amor, mucho de la ternura y los buenos recuerdos, estaban en aquellos sueños eróticos que solía tener, los cuales siempre terminaban por alguna estupidez de su aún esposo que la hacían despertar para encontrarse con la realidad.
Mientras ella caminaba Frank la observaba, no sólo veía un cuerpo delicado y bien formado, también una mujer elegante, poderosa, inteligente, una mujer que deseaba en cuerpo y alma, no tenía duda alguna de los sentimientos que tenía por ella, la amaba.
Si, Frank la amaba desde que ella era una niña, se enamoró de esos expresivos ojos, de la alegría e inocencia que siempre reflejo, algo que seguía conservando y que él había vuelto a disfrutar y observar en aquellas caricias y besos robados toda esa semana.
Siesta, que estaba preparándose mentalmente para recibir en su habitación a su amante después de la obligatoria visita al granero, observaba a aquel extraño en la casa, un hombre maduro, atractivo y claramente interesado en Louise, no podía simplemente dejar pasar la situación; lo que ella esperaba había llegado, esta vez sí, Saito sería sólo suyo.
La mucama principal observaba atentamente la situación escondida tras el marco de la puerta del salón donde Louise se encontraba sumergida en sus pensamientos, sintió como Saito la abrazaba por atrás, manoseando sus... "piñas", sí, en los últimos meses el joven se había vuelto más y más descarado, sobre todo cuando al fin cayo en cuenta de lo irresistible que resultaba para casi todas las mujeres que aquel mundo que lo había acogido.
En el momento que Siesta fue sorprendida por aquellas caricias y el cuerpo del "héroe" pegado entre sus glúteos, ella soltó un sensual gemido que Frank alcanzó a escuchar, observando a Louise, esperando que no lo escuchará, que no fuera ya más lastimada por esos estúpidos.
Siesta empujo a Saito y camino rápidamente hacía la salida de la Mansión.
El joven la arrinconó contra el marco de la puerta principal, Siesta, quizás por primera vez lo rechazo gentilmente, tenía que saber de qué se trataba lo que ocurría con aquel tal Frank.
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GIRO DEL DESTINO
FanfictionDescripción: La presente historia es un FanFic de pocos capítulos basado en Zero No Tsukaima (sólo en el anime) Los personajes pertenecen al autor de la obra. A excepción de Francoise Fontaine Curie (Frank) que es un OC creado por un amigo. La h...