SARA una chica normal de 17 años que vive sola porque sus padres murieron en un accidente automovilístico.
DERECK un vampiro sin corazón sádico que se siente solo y para no sentirlo disfruta de matar a personas de la forma mas cruel que existe...
-q...
Desperté hace rato no se con seguridad cuanto llevo despierta o cuanto dure inconsciente solo sé que estoy totalmente a oscuras y no podía ver nada, solo oía a muchas personas gritar o gemir de dolor, sentía que mi cabeza iba a explotar por tanto ruido de haya afuera.
Sentía pasos acercarse mi cuerpo se tensó por inercia con solo pensar que puedan hacerme algo malo o a mi bebe...
-hola linda ¿cómo te encuentras?
-déjame ir Jonathan te lo suplico
Me sentía muy débil mi cuerpo dolía por estar en la misma posición solo quería estar en mi casa descansando, creo que Jonathan se dio cuenta de mi estado ya que de repente me miro a mi y su mirada fue bajando por mi cuerpo hasta que se quedó en mi panza.
-¿está embarazada? -Me sentí palidecer más si es que eso era posible.
-si por favor no me hagas daño te lo pido
Jonathan se me quedo viendo un rato y después sin decir nada me soltó de donde me tenía y me llevo en silencio a una habitación que quedaba en la segunda planta, ahora que lo pienso estaba en un sótano que era por así decirlo una especie de calabozo lo raro fue que no vi a nadie por el pasillo.
Jonathan abrió la puerta de un hermoso cuarto era hermoso muy hermoso ya que era de esos cuartos antiguos que solía ver en películas medievales.
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-¿porque no dijiste que estabas embarazada?
-tenía miedo de que usaras eso en mi contra o me hicieras daño
Se me quedo viendo y de un momento a otro su expresión cambio por completo paso de ser un rostro frio y siniestro a ser uno de ternura y tristeza melancólica.
-te protegeré a ti y a la criatura, pero debes prometerme que aras todo lo que te diga ¿entendido?
-¿Cómo sé que no me estas engañando?
-si hago un juramento de sangre ¿me creerás?
-tal ves
-bien, tu ganas hago el juramento solo si me prometes que en el momento que tu vampiro te encuentre hables con él para que no me mate y me quede con ustedes
-bien, pero no sé si me acepte a mí, no se tomó muy bien la noticia de que iba a ser padre
-¿enserio?
-si- di un largo suspiro al recordar cómo se había puesto cuando se dio cuenta del embarazo
-bien entonces comencemos, si pasa lo que tu dijiste entonces nos vamos los dos y yo te cuidare hasta que nazca la criatura que estas esperando
