Era mi ángel

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A la mañana siguiente, con los primeros rayos de sol, la pelirroja fue la primera en despertar, y al encontrarse con la profesora en su regazo hizo que sonriera de oreja a oreja. Se levantó con cuidado de no despertar a la otra y fue a la cocina a preparar el desayuno. Casi acabando, Miriam se despertó y se arrastró a la cocina, soltando un bostezo.
"Que madrugadora."
"Y tú qué dormilona." Se dieron un abrazo de buenos días y fueron a desayunar a la mesa. Cada una bebió un poco de café y empezaron a comer de las tortitas.
"Perdona, me quedé ayer dormida."
"Si hubieras visto la carita que tenias..." Zelena sonrió con ternura. "¿Tienes algún plan hoy?"
"Pues... Creo que no."
"Genial, ¿quieres que vayamos al Rabbit Hole esta noche?"
"Me parece una idea perfecta, así podremos estar juntas." Ambas se miraron, con una sonrisa en sus rostros. Llamaron a la puerta y la pelirroja fue a abrirla, encontrándose al señor Gold. La chica alzó una ceja, extrañada de encontrarle ahí.
"Hola querida, espero no pillarte ocupada, quisiera tratar contigo un tema de importancia."
"Ahora mismo estoy con alguien, vuelve más tarde." Rumpelstiltski se acercó a su oído, comenzando así a susurrarle.
"¿Quieres recuperar a la Miriam que conocías en el Bosque Encantado? Entonces reúnete conmigo ahora en mi tienda, no tardes." La bruja al confirmar sus dudas de si se acordaba o no, sonrió para sus adentros, viendo que no muy tarde podría volver a la normalidad con su querida. Cerró la puerta y volvió con Miriam, continuando con su desayuno.
"¿De qué quería hablar contigo el señor Gold?"
"Oh, es una pequeña sorpresa, pero me debo reunir con él en su tienda para hablarlo."
"¿No me vas a decir de qué va? Qué mala." Ambas se rieron y recogieron la mesa. Después se arreglaron y antes de despedirse, volvieron a darse otro abrazo, sin tener ganas de volver a separarse. "Vas a llegar tarde, mejor será que..." Pero Zelena la abrazó con un poco más de fuerza. Pasado un minuto se soltaron y se despidieron. La bruja llegó a la tienda de Rumpelstiltski y nada más entrar el dueño lanzó un hechizo, impidiendo que nadie pudiera oírles. La pelirroja tomó asiento.
"Muy bien, escúchame atentamente. Tú y yo tenemos una meta en común, y es recuperar a nuestras queridas. Puesto que tú me ayudaste antaño, no me tienes que dar nada. Estoy buscando los ingredientes para crear dos pócimas para romper la maldición de ellas dos."
"¿Y estando en un mundo sin magia funcionará?"
"Puede que sí, puede que no. Pero en el caso de que no funcionara un beso de amor verdadero lo haría, pero afectaría a todos los habitantes."
"¿Y... Para cuándo estarán listas?"
"No te lo sabría decir, tengo que encontrar los ingredientes, pero algo me dice que Regina los tiene, así que es cuestión de tiempo. Pero no te preocupes querida, tarde o temprano volverá a la normalidad."

En mitad del bosque, donde se encontraba la tumba del padre de la EvilQueen, estaba la Alcaldesa Mills. Pero no para hacerle una visita a su padre, si no para acceder a una parte oculta. Movió la tumba y bajó por unas escaleras, llegando a su parte favorita de la ciudad, el lugar donde se encontraban todo tipo de ingredientes para crear hechizos. Cogió varios libros e ingredientes, comenzando a crear una pócima. Pretendía dársela a Miriam para que se desmayara y Regina pudiese salvarla, y de ahí que empezara a tenerle menos miedo.
Tras estar media hora juntando ingredientes y murmurando frases en otro idioma, finalmente creó la poción. La puso en un frasco y la guardó, esperando el momento idóneo para usarla.

Llegó la noche y las chicas quedaron enfrente del pub del pueblo, abrazándose cuando se vieron.
"Estás realmente preciosa, querida." Alabó Zelena a la otra.
"Y tú increíble, como todos los días." Se cogieron del brazo y entraron al pub, sentándose en la mesa libre que quedaba. Se pidieron ambas una copa de vino y brindaron.
"Por más veces juntas." Bebieron un poco y comenzaron a hablar sobre qué les gustaba, que hacían en su tiempo libre... Para ir conociéndose un poco más en profundidad. "Tengo otra pregunta para ti. ¿A ti te... Gustan mujeres, hombres o ambas cosas?" Miriam se sonrojó levemente y le dio otro trago al vino.
"Soy bisexual, pero tiro un poco más a las mujeres. ¿Qué hay de ti?"
"Yo soy como tú." Se miraron a los ojos fijamente, sonriendo como adolescentes enamoradas. Volvieron a brindar y le dieron un trago largo.
"¿Has tenido alguna experiencia con una mujer?" Zelena soltó un suspiro, asintiendo luego con la cabeza.
"Estuve con lo más parecido a un ángel, pero... Por varios motivos tuvimos que separarnos." Zelena se refería a Miriam. Miriam comenzó a acariciar las manos de la otra, viendo que estaba apenada.
"Siento mucho haber preguntado eso..."
"No digas eso, era difícil que lo supieras, pero no te preocupes, he encontrado a otro ángel, y la tengo justo delante mía." Besó sus manos, sonriendo luego con ternura. Miriam se sonrojó a más no poder. "¿Y tú? ¿Has tenido alguna experiencia?"
"Que yo recuerde no, pero me gustaría mucho." Bebieron el vino que les quedaba y pidieron otra copa.
Por la madrugada salieron del pub, cogidas de nuevo del brazo, y caminaron hacia la casa de la profesora, entrando dentro. Se tumbaron en el suelo, mirándose fijamente. La pelirroja acariciaba con amor la mejilla de la otra, no deseando parar nunca.
"Eres increíble, Miriam."
"Y tú mi sol." Se abrazaron con ternura, quedándose dormidas en el suelo.

Wicked always wins.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora