Carta 17.

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Querida Cassie:

Cada vez que sonreías, cada vez que me mirabas, cada vez que me cogías la mano para que me apresurara me enamoraba más de ti.

Después de estar toda la mañana andando por aquél pueblo, nos sentamos en la orilla de un pequeño lago para comer.

Te diré que me pareció muy típico que te mancharas el labio, pero también te diré que no podía parar de mirarte los labios.

Te quiere, Roger.

Querida Cassie: no me odies.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora