Querida Cassie:
Me quedaban dos manzanas para llegar a tu edificio. Cuando llegué al cruce de peatones solo dudé un momento.
¿De verdad habías venido hasta mi mesa para citarme aquí? ¿De verdad había venido sin perder ni un minuto?
Fue solo un despiste.
Di dos pasos adelante.
Te juro que no vi ese coche.
Te quiere, Roger.
ESTÁS LEYENDO
Querida Cassie: no me odies.
RomansaQuerida Cassie: Sé que desde que me fui todo es más difícil, pero por favor, no me odies. Te quiere Roger.