Carta 10.

66 6 0
                                    

Querida Cassie:

Mi cumpleaños llegó una semana después.
No hubo declaración, no hubo beso y no hubo una celebración.

Me invitaste a desayunar en la cafeteria que frecuentabamos. Cuando habíamos acabado, me sonreiste (tristemente) y me dijiste que tenías algo para mí.

Por un momento pensé que era aquella carta, que ninguno debería callarse más y que por fin podríamos ser como queríamos ser. Pero tu sonrisa triste y el sitio en donde estabamos me hicieron volver a la realidad. No había un solo detalle en la cafetería como el que dejaste en mi casa. Y me di cuenta de que lo que ibas a darme no era tu carta.

Sonreí (tristemente yo también) y te seguí la corriente.

Resultó ser un libro que llevaba semanas buscando, del que te había hablado tantas veces. Me sentí tan feliz que cuando te abracé para agradecertelo casi te beso.

Te quiere, Roger.

Querida Cassie: no me odies.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora