Carta 23.

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Querida Cassie:

Recuerdo un día en que nos fuimos a un bosque de acampada.

La semana anterior yo te había dicho que eras demasiado de ciudad y que no durarías ni diez minutos. Tú me dijiste muy convencida que eso ya lo veríamos. ¿Lo recuerdas?

Esa noche hubo tormenta, no queríamos mojarnos y arriesgarnos a una hipotermia asique nos quedamos en la tienda de campaña.

Después de unas horas ambos estabamos aburridos, asique se te ocurrió una idea, un juego.

Uno decía una palabra y el otro tenía que inventarse una frase que empezase por ella.

Fue divertido hasta que, cuando me tocaba inventar la frase, te pusiste seria y me diste tu palabra: amor.

- Amor es quedarme despierto mirándote dormir - sabía que era solo una frase, pero tú me mirabas con esa miraba vidriosa y esa sonrisa de cariño, asique tuve que continuar -. Amor es comerme la cebolla en la pizza porque te gusta el sabor que deja pero no la textura -sonreíste porque sabías muy bien que era cierto, continué-. Amor es estar contigo en medio de la acera, retsrnos a una carrera y dejarte ganar porque me gusta cómo brillas cuando estás feliz - dejaste de sonreír, pero tus ojos estaban llenos de algún sentimiento que no querías admitir. Te acaricié la mejilla y cerraste los ojos. Susurré casi para mí-. Amor es morirme por besarte pero no hacerlo porque quiero que no tengas problemas con John.

Me quedé en silencio y te abrazaste a mí.

Te quedaste dormida en mis brazos.

Amor fue quedarme en la misma posición solo para no despertarte.

Te quiere, Roger.

Querida Cassie: no me odies.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora