La confianza

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A la mañana siguiente.

Que mañana siguiente ni que la chingada, son las 3 de la madrugada y esta niña no me deja dormir, a cada rato me está apretando y balbuceando que no me vaya y la entiendo, teniendo a semejante belleza junto a ella quien no pediría que no me marche, pero es que ya no me deja respirar... en lo que se levanta o me regresa el sueño les contare algunas cosas que me parecieron cuanto menos curiosas.

La primera es que las ciudades están divididas en épocas, la del sur está en esas épocas ochenteras de barrios bajos, las del este y oeste están ubicadas a inicios del siglo XXI cuando la economía estaba más o menos y la más importante que es la del norte está ubicada en esta época actual que es la del siglo XXI, ya casi termina estamos en el 2090, no está llena de platillos voladores ni nada de eso, solo tienen una tecnología un poco más avanzada y una economía mucho más que estable o amenos eso fue lo que me dijo el anciano.

RIIIIIN... RIIIIIN... RIIIIIN...

Al parecer me he quedado dormida luego de mi relato, solo siento como Claudia se levanta y vuelvo a caer en los brazos de Morfeo.

La luz del sol me da de lleno en el rostro, al parecer son las 9 de la mañana.

Me levanto como si fuera un cervatillo recién nacido y camino hacia la cocina con la esperanza de que mi nueva dueña me haya dejado un delicioso trozo de carne pero lo que encontré me dejó helada.

Había una nota en la mesa que al parecer la escribió Claudia, no sé qué me parece más gracioso, que crea que un "perro" pueda leer o que haya escrito que no había más carne y que en el sofá de la sala me dejó un tazón con cereal...

-¡¡¿¿Qué no hay más carne??!!- Mocosa mal agradecida yo que le salvo la vida y piensa alimentarme con cereal, la vida es cruel de perdida me hubiera preparado unos panqueques con jarabe de maple.

Me dirigí a la sala y como decía en la carta había un gran tazón de cereal en el sofá, de mala gana me comí el cereal pero admito que estaba muy bueno era tan dulce y a la vez tenía un toque de canela y manzana, joder, estaba delicioso, de ahora en adelante este será mi segundo platillo favorito (el primero siempre será la carne).

Luego de comer decidí explorar el lugar por completo, la casa es de dos plantas y tiene incluido 3 cuartos, 2 baños (uno en cada piso), cocina, sala, comedor y un mini estudio de música, al parecer alguien toca el piano y dudo mucho que alguna vez hayan tocada esa pobre guitarra acústica toda polvorienta. Marcelo tenía una guitarra acústica mal trecha pero aun así sonaba de lo mejor, el me enseñó a tocarla, no soy toda una profesional pero yo podría ser seleccionada para tocar en una banda, aunque ahorita que lo pienso mejor, no he tocado una guitarra desde antes de mi primera pelea callejera.

Mientras pensaba en eso escuché como alguien abría la puerta de la entrada, de inmediato recordé que la mamá de Claudia regresaba hoy de su viaje o algo así, no estoy segura, no me di cuenta ni de cómo llegué a parar debajo de la cama de mi dueña... suena estúpido llamarla así ya que yo no tengo dueña, estoy soltera pero se supone que todas las personas se autodenominan dueñas de algo o de alguien cuando este está disponible solo para él o ella y ese era mi caso, yo soy la mascota de esta niña y supongo que eso representa Claudia para mí, una dueña... Ok me estoy desviando de lo que importa, que la madre de mi due... quiero decir de Claudia, no me encuentre porque si lo hace, la meteré en un buen lio.

Escucho pasos que se dirigen hacia donde estoy, puedo ver desde debajo de la cama como se abre la puerta y la madre de ella entra, al parecer está buscando algo y se nota molesta, puedo olerlo... creo que se está marchando pero de pronto, ¡¡¡Sorpresa!!!, que mira debajo de la cama.

Mi hermosa lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora