Para ti es señora

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Antes de que pudiera abrir la boca y decir que era la hermana perdida de Claudia, la señora habló primero como si supiese la sarta de estupideces que iba a decir.

-Karolina, pero que gusto que hayas podido venir a comer con nosotras-... Solo le seguí la corriente con la misma felicidad fingida.

-Claro Señora, no podía declinar su oferta-Dije esto con una sensual sonrisa Colgate.

-Disculpen, me podrían explicar que está pasando- Que linda se ve mi amorcito con su carita de que mierda está pasando aquí.

-Lo siento hijita, no las he presentado, esta es Karolina y la invite a almorzar en recompensa a su buena acción- No sé de qué chuchas habla la suegrita pero yo mejor me quedo calladita.

-¿Qué buena acción?- No me había dado cuenta de lo preguntona que era mi Claudia.

-Pues veras, el domingo fui a comprar al supermercado porque nos hacían falta algunas cosas y como tú no te levantabas y ya era tarde me fui sin ti, pero cuando salía del super no podía con tantas bolsas y Karolina muy amablemente se ofreció a ayudarme un poco llevando las bolsas al carro, como agradecimiento le dije que podía venir a comer hoy- No era del todo mentira, ese día Claudia no se despertaba y su querida madre me obligó a acompañarla y me hiso cargar con todo y si alguna vez han acompañado a sus madres o novias a hacer las compras me imagino que sabrán que son MUY indecisas, estuvo como media hora eligiendo entre manzanas rojas o manzanas amarillas.

-Ya veo, pero de hecho ya nos conocíamos, ella va con migo a la escuela-

-Vaya, jamás me lo habría imaginado hija mía, pero no hay que darle más vueltas al asunto, es hora de comer, pasa Karolina, espero que te guste el filete asado- Las señoras si se las sabe sacar fácilmente.

-Si señora y muchas gracias por la invitación- Dije eso con mucha amabilidad y agradecimiento porque de verdad tenía hambre, tanto caminar me abrió el apetito.

-No me digas señora me hace sentir vieja, mejor dime Margaret- Puntos con la suegra, creo que he desbloqueado algún logro.

-Como usted diga Margaret- La cara de Claudia era todo un poema.

Durante la comida solo hubo platicas amenas, la señora, quiero decir Margaret, me estuvo preguntando de la escuela, de mi amistad con su hija, de mi antigua vida y Claudia no había dicho ni media palabra más que "pásame la sal por favor".

Cuando terminé de comer me levanté, lavé mi plato, mi vaso y mi tenedor, agradecí la comida y me "fui" del lugar, ya afuera me transforme en lobo e ingresé por la ventana del cuartó de música para luego bajar a la cocina a saludar a mi dueña.

-Hola Nagi, ¿por qué no me fuiste a buscar?- Porque me rompiste el corazón, el Kokoro, la diana de cupido, en fin, podré haber perdido la batalla pero no la guerra.

Pasé el resto del día con ella hasta la hora de dormir, como la última vez, cuando Claudia estaba bajo la custodia de Morfeo, Margaret asomó la cabeza por la puerta de la habitación, sabía que eso significaba algo malo, debe de estar que echa fuego por la boca por mi estúpido error. Salí de la recámara cuidando que mi princesa no se despertara y fui hasta el cuarto de mi futura suegra, entré y la vi con una ENORME sonrisa tipo La Mona Lisa, esta noche arde Troya con todo y griegos.

-Querida Karolina, me podrías explicar ¿por qué llegaste a casa en tu forma humana?- Lo dijo en un tono dulce y maternal, me recorrió un escalofrío por la espalda y me transformé en humana, y le dije de la manera más calmada posible.

-¡Lo siento señora!, no fuel mi culpa... bueno si pero es que estaba distraída y... lo siento mucho- Lo último lo dije en un susurro.

-No te preocupes y ya te dije que me llamaras Margaret, además se te notaba triste cuando entraste.- Bueno, esto ya no es ni medio normal, no porque haya descubierto que traía una falsa sonrisa, de eso ya me acostumbré, estoy 99.9999% de que la señora en otra vida fue Madame Chuchu, lo que me sorprendía es que no estuviera molesta.

Mi hermosa lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora