Mi hermosa Luna

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Saben... por al menos una maldita vez me encantaría decir que me levanto porque unos cálidos rayos de sol atraviesan la ventana, que mi cuerpo tibio se siente perezoso y que me gustaría tanto seguir durmiendo pero que los rayos son tan cálidos que me empiezo a sentir sofocada pero... eso es solo un sueño, alguien me acaba de aventar un zapato, pero no uno cualquiera... ¡¡¡Era una puta zapatilla!!!, el maldito tacón del número 15 casi me saca un ojo, me levanté algo exaltada, por suerte mi bella princesa no se había movido en lo más mínimo, vi como mi suegra serraba la puerta, algo molesta me levanté, el frio me caló hasta los huesos, caminaba algo torpe a la puerta, mis piernas estaban acalambradas y si le sumabas que tenía un sueño de la fregada, claro eran las 4 a.m. parecía un cervatillo recién nacido, cundo al fin di un paso fuera de la habitación no se ni como madres le hice para tropezar pero a la vez corrí, intentando no estrellar mi hocico en la duro y fría loza, estaba tan concentrada en no florearme la boca que no vi el carrito de la muerte y me resbalé, con el desastroso final de rodar por las escaleras, algo adolorida me levanté, posiblemente me fragmente las costillas... otra vez, no sé de dónde salen esos mugrosos carritos si aquí no hay quien los juegue, casi me rompo la nariz pero sigo con las manos buenas y esas son las que importan... (1313).

Mi suegra me miraba expectante, un pequeño rubor se asomó en mis mejillas y no era porque esa mujer cargara un vestido de infarto, no... era porque sé que la muy puta se quería reír de mí.

-Es que así bajo yo... pero, porque fue que me despertó- Y de esa manera hija de tu madre.

-Bueno, solo quería avisarte que me iré de viaje unos días, es que me daba flojera escribir una nota- Pero no te da flojera levantarte a estas horas y aventarme una zapatilla a la cara.

-Bueno pues espero que le vaya bien- Y que avise cuando decida regresar.

-Adiós y dile a mi hija que la quiero y... recuerda, soy muy joven para tener nietos- Y yo muy pobre para mantener un hijo.

-No se preocupe, todo está controlado- La verdad es que no lo está, no le puedo decir a mi princesa, oye si lo hacemos posiblemente quedes embarazada por esa razón tomate estas pastillas.

Margaret solo me sonrió y serró la puerta y yo con todas las energías que mi cuerpo pudo reunir corrí, corrí y corrí, nadie me perseguía pero yo corría... a la cama, me metí de un salto que si más y tiro a Claudia, ella se exaltó un poco y yo me retorcía en mi almohada, buscando la cobija bajo la mirada atenta de mi nov... aguarde un momento... ella aun no es mi novia pero lo será hoy si o si, tengo que invitarla a salir y se lo pediré, pan comido.

-¿Qué haces Karolina? son las 4 de la mañana- No le diré que su madre casi me deja sin un ojo.

-Es que tenía ganas de ir al baño pero hace mucho frio y vine corriendo a la cama... y tu mamá se fue de vacaciones y no dio fecha de retorno, buenas madrugadas princesa- Se quedó pokerface.

-Ah... buenas madrugadas- Se acostó dándome la espalda, me sentía triste pero luego se dio la vuelta y se acomodó en mi pecho nuevamente, volví a acariciarle el cabello para que se quedara dormida y así nos volvimos a entregar a los brazos de Morfeo.

Sonó el despertador a las 6:00 a.m. y yo simplemente lo apagué, me hubiera gustado aventarlo pero no era mío, intenté dormirme otra vez y estaba a punto de lograrlo pero alguien casi me tira de la cama, era mi bella princesa que se levantó muy exaltada y corría de un lado a otro diciendo que se le hacía tarde.

-Princesa- Ella no me escuchó, seguía diciendo que la dejarían afuera del salón –Princesa hoy no hay cla-

-Todo es tu culpa Karolina, si no fuera porque tu pecho es muy cómodo no me hubiera quedado dormida- No sé si reírme o molestarme.

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