Parte 20

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Los enfermeros se movieron rápido para llevarlo con el doctor; el público se alejó, como si tu padre fuera algún tipo de virus que ellos debían evitar, a pesar de también estar enfermos.

Era tan irónico.

Tu rostro se puso del color de la ceniza y seguiste a la camilla donde reposaba tu padre, hasta que te dijeron que no podías entrar al quirófano.

Por bastante tiempo, te quedaste ahí parado, sin saber qué hacer. 

A mis ojos parecías alguien perdido y sin rumbo.

Al final, te desplomaste en el banco que estaba más cercano, agachaste la cabeza y juntaste las manos, con los dedos entrecruzados sobre tu frente.

Y comenzaste a orar.

A 3600 metros© [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora