Parte 16

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Nunca necesité algún voluntario del público. Tú fuiste el primero.

Y disfruté mucho cuando te disfracé de oveja. Mis títeres necesitaban de un compañero bailarín.

Y cuando te obligué a cantar, creí que moriría.

Dios, lo hacías pésimo.

—Sabiendo que cantabas de esta forma —comenté en medio de mi risa—, te habría disfrazado de gato. Hace tiempo que no hago la función del minino moribundo.

Me miraste con rabia. Yo sonreí.



A 3600 metros© [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora