Parte 3

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La primera vez que te vi fue en la sala común de ese hospital.

Los enfermeros arreglaban todo para que los pacientes se sentaran alrededor y así  desenvolverme con libertad en el centro.

Hacía de todo, desde malabarismos con frutas hasta poner a prueba mi equilibrio. También cantaba algunos versos al compás de la guitarra y en otras ocasiones sacaba los títeres y hacía pequeñas obras de teatro. Esa era la función que más gustaba a los niños.

Ese fue el día en que escogí los títeres, y la primera vez que escuché tu risa.

Lo recuerdo bien. La función estaba por terminar, estaba un poco cansada porque no había dormido bien. Escuché tu risa y fue como si mis sentidos se pusieran en alerta máxima, porque el sonido era cercano, muy aproximado. Giré lentamente la cabeza y te vi allí, a un par de pasos de mí. Si estiraba un poco el brazo, sería capaz de rozar tu mejilla.

Tu alegría parecía real, pero me preguntaba qué hacías allí. Me quedó claro que no eras uno de los pacientes enfermos, ¿un familiar tal vez?

No tardaría en descubrirlo.

A 3600 metros© [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora