Prólogo

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-Que me dejes en paz- lo empujé, acomodé mi gorra, entré las manos en los bolsillos de mi abrigo, y seguí caminando, sigilosamente.

-Por favor, ¡solo escucha mi propuesta!- me paré, apretando los puños, dentro de mis bolsillos, reteniendo toda la ira, tratando de tener toda la paciencia posible.

-Un minuto, ¡Un jodido minuto, Dante!-Le dije, enojada.

-Mira, tú me aceptas en tu hogar, sé que hay una habitación mas, lo sé, si me permites quedarme, te prometo que....- se relamió los labios, y miró a todos lados, desesperado, pero luego su mirada se detuvo en un punto fijó en el área. al voltearme, me encontré con él, Bradly Stevens, era nuevo en mi instituto, no era muy social, pero definitivamente tenía ese algo especial que me atraía y yo no me animaba a hablarle. Mi corazón se aceleró, como una adolescente, patética y débil, enamorada. Me crucé de brazos y fulminé a Dante con la mirada. Él sonrió.- Y te juro que tendrás a ese chico en tus pies. Lo juro.-Lo pensé.

-No gracias, quiero que el destino se haga cargo....-Él se encogió de hombros para darse la vuelta con una sonrisa. Bufé y lo tomé por el hombro. Él ya sabía que iba a detenerlo. ¡Maldito niño sanguijuela!-¿Y como es que estás tan seguro que lo tendré?.

-Porque seré tu maestro de conquistas.-Alcé una ceja y reí irónica.

-¿Mi qué?

-Mira, yo me ofrezco a enseñarte lo que deba enseñarte y tu me dejas quedarme. ¿Crees que no me he dado cuenta ya que hay algunas habitaciones disponibles?, vamos, no puedo seguir viviendo en la calle, por favor. O hasta que consiga otro lugar donde quedarme, te conviene mi propuesta.- Lo pensé, y tal vez no era tan mala propuesta.

-¿Y como es que estas tan seguro de que tendré a Brad?- El alzo una ceja y rió con ironía. Apreté los dientes, estaba resistiendo golpearlo, pero debía escucharlo, me interesaba esto, realmente.

-Porque tu manera de conquistar no es nada profesional, linda, nunca lograras conquistar a nadie de esa forma.

-¡Es mi forma, tarado!, no debo esforzarme, porque el amor vendrá por si solo, eres tu el que se esfuerza porque nadie se fija en él.- Me quité mi gorra bruscamente y pasé la mano por mi cabello con frustración. Me sorprende su ignorancia.

-Tranquila, bebé, no tengo que esforzarme, porque las tengo a todas en mis garras y las puedo conquistar fácil y rápidamente.- Me sonrió y me tomó por la cintura, pegándome a el.- ¿Y qué dices?.- Apreté la gorra en mis manos y lo empujé, separándome.

- Tienes 62 días, si en 62 días no lo tengo a mis pies, te hecho de mi hogar, estás fuera de mi casa. Él alzó una ceja con una sonrisa.

-¿Sólo dos meses?.- Bufo.- Se nota que no me conoces ni un poquito. Que decepción.- Me crucé de brazos, frunciendo el ceño.- Hecho.- Sonrió. Estúpido niño egocéntrico. ¿Como es que ahora esta rogándome?, mi culpa. Todo mi culpa y estas son las consecuencias. Sabia que no debía ofrecerle nada, es que como tiene lo egocéntrico, tiene lo insistente.

Y así paso todo....

Flashback.

Me senté en una de las mesas de la cafetería y pedí un chocolate caliente. Me quité las gafas de sol y las guardé en mi bolso. Me dolía la cabeza, demasiada presión por hoy, acababa de cumplir los 19 y tenía demasiado trabajo encima, como la hija de empresarios, y llevaba demasiadas responsabilidades, ya que era la encargada de rentar habitaciones de mi propia mansión para ganar dinero propio, aunque el tercio por ciento es de mis padres.


Mire a través del cristal, las personas pasando, el ambiente limpio y un chico mirándome fijamente desde afuera. Todo era tan hermoso e iba tan bien y....

Master of Conquests || Maestro de conquistas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora