Master of Conquests || Maestro de conquistas.

Capitulo 5

-¿¡QUE?!.- Me alteré.- De ninguna forma existente en este mundo. Eso sino, jamás  pasará, papá, olvídalo.- Dije con seguridad. Luego de relajarme en casa 40 minutos, sin ningún tipo de estrés, en el spa, mi papa me llamó, y decidimos reunirnos, para algo que el creía "importante", así que acepté, y ahora estamos aquí, mientras él me muestra la línea de "traje de baños", para ir a su playa privada, que el compró para su hermosa hija única 'Casey Holden Bay' (la cual obviamente es mi identidad falsa que he usado hace años), y esa 'hija' se rehúsa a siquiera tocar esa poca ropa. ¿Siquiera se le llama ropa?, hace siglos que no uso uno de esos.

-Vamos, Holy, un bronceado te haría bien, estas muy pálida, casi legando al tono del papel, pareces vampiresa.

-¿Y quién dijo que yo quiero broncearme?, ¿Y qué si quiero parecer vampiresa?.- Su rostro "alegre", rápidamente cambió a uno serio y sombrío, el señor robusto, calvo y alto, que solía llamarse 'mi padre', y que sostenía bikinis delante de mí, se veía muy, muy enojado.

-Escúchame, "querida", lo haremos o lo haremos, ya terminaras el jodido estudio, ese color de piel, ojos y cabello se van, estudiarás lejos, y harás tu vida como una persona normal, lo quieras o no.- Apreté mi mandíbula y puños con fuerza.- ¡Invitaremos a todos tus 'hermosos huéspedes' al viaje!, ¿¡Que emocionante, no!?- Dijo con la sonrisa mas psicópata e hipócrita del mundo. Tomé mi bolso y salí por la puerta sin decir una palabra mas, venir solo fue una gran pérdida de tiempo, no debí hacerlo.

Salí de su gran hogar y entré en mi auto, para allí largarme a llorar. ¿Mi vida iba a ser así siempre, por el resto de mi vida?, falsedad, hipocresía, mentiras, actividades ilegales.... Ésto no es justo para mi, yo no elegí vivir ésta vida, pero esta es la que tuve. Cuando era niña, recuerdo que tenia tantas ganas de crecer, experimentar, ser una mujer independiente, casarme con un gran hombre y que la humildad reinara en la casa, sin embargo mis padres se adueñaron de todo, de todo lo mio, y obligandome a hacer cosas que yo realmente no queria, pero que debia hacerlas, ya que yo no me gobernaba aún, lo que hizo que deseara con mas fuerzas crecer mas y mas y poder largarme rapido de la casa, pero a medida que fui creciendo los problemas aumentaron: deudas, sequia, narcotrafico. Mis padres, por supuesto ganaban fortunas mensuales, pero a mi me dejaban a parte, para que me "recreara" sola, lo que hago muy bien ahora, pero no puedo solo abandonarlo todo, estoy teniendo un poco de corazón y creando una pequeña campaña, la cual consiste en recoger algunos jóvenes y niños de la calle y los recree y les de una vivienda y vida decente, pero no puedo dejar que mis padres se enteren de que alojo personas gratis, o simplemente me enviarian a la parte desolada de Ibiza, ¿Una tortura?, no lo se, tal vez no me dejarian ni una moneda para que sufra más. Lo mejor es aceptar mi destino, hacer las cosas a la voluntad de mis padres sin reprochar, y acabar ésta vida justo como la empecé, justo con la miseria, no economicamente, es algo mas, una gran falta de felicidad.

Mire hacia delante, y vi mi reflejo en el retrovisor, tenía el rimel corrido. Mi padre salió y empezó a buscar por los alrededores. No podia dejar que me viera asi, no lo haría, me diría que solo soy una cosa insignificante.

Y sí, señoras y señores, por mas extraño que sea el tipo y por mas mal que me trate, aún así soy su "princesa" y quiere darme todos los lujos del mundo, solo que suelo ser rebelde la mayoria de las veces, y no hago lo que él ordena, sacandolo de sus casillas.

Rápidamente, y antes de que se fijara en mi auto, pisé el acelerador con fuerza y conduje hasta casa de Venus, mi..."confidente", a recibir el paquete para entregarlo a uno de mis "adorados huespedes", que pagan muchisimo por ello. Debo darle toda la atención del mundo.

Solo tendré que seguir siendo la misma chica fria y mala, y aceptar mi destino.

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-Carlos, ya llegué.-Le grité al encargado de abrir las puertas, que se cerraban con extremo cuidado y cautela, de no llamar mucho la atención, y con bastante, bastante seguridad.

-Casey, ¿Donde rayos estabas?.- Lo escuché susurrar por detras de la puerta, y lo entiendo, ¡si eran las 3:54 de la madrugada!

-Estaba donde Vee....

-¿Te quedaste donde Vee por 4 horas, sin avisarle a nadie?- Me encogí de hombros.

-Supongo. Estabamos haciendo algunas actividades divertidas para relajarnos....

-¡Levantarás sospechas, inútil!

-Yo no, nosotros, si no me dejas entrar.- Miré alrededor, todas las calles estaban desoladas, no había ningún ruido. Carlos se calló por unos segundos, y luego abrió la puerta

-Cierto, entra.- Rapidamente entré, con mi bolso lleno de 'esa cosa ilegal'. Carlos me paró, incluso cuando logré disimular bien todo. Los nervios me recorrían todo el cuerpo, él no se podía enterar, era un soplón, si le decia a mi padre que estaba metiendo cocaina a la casa, definitivamente me mataría.

-¿Que... pasa?.- Hablé, insegura, apretando mi bolso de siempre debajo de mi antebrazo.

-Que no se vuelva a repetir, Casey.- Asentí lo más seria posible y rapidamente subí las escaleras hasta las zonas VIP, donde el 'cliente' me esperaba.

Me paré erguida, delante de la puerta, y al tocar, escuché un suave 'pasa', con un tono de voz calmado. Al entrar, Jayden estaba en calzoncillos, recostado en la cama, con las manos detras de su cabeza, mirando el gran techo. Desvié la mirada a mis zapatos.

-¿Tienes mi marihuana?- Él asintió. -

-Te traje la pepa.....- Chasqueó la lengua y sentí su mirada, se volteó a verme. Yo solo le daba miradas rápidas, no queria sentirme como una intrusa ni invadir su privacidad.

-Deja las bolsas por ahí y ven a acompañarme un rato.- Lo miré sorprendida, él palmeo un par de veces el lugar vacío de su cama, a su lado. Hace mucho que yo no hacía esto.

Dejé los pensamientos logicos atrás, y comencé a mandar todo a la mierda, esta noche podría divertirme.

Le sonreí, pervertidamente, tiré las bolsas y todo lo demas en el sofá, al lado de la puerta, y cerré la puerta detrás de mi, para luego ir a su lado y recostarme allí.

-¿Tendremos diversión?- Sonreí.

-¿A qué le llamas diversion, linda?- Empezó a tocarme el muslo, y seguir subiendo, a traves de mis pantalones cortos, hasta tocar mi trasero y apretarlo con fiereza. Mordí mi labio inferior. Definitivamente quería olvidarme de rodo y tener diversion. Me quité la ropa rápidamente y me acerqué mas a él, subiendome a horcajadas en su masculinidad.

-A ésto.- Empecé a besarlo, salvajemente, y poco despues ya estabamos teniendo la diversion que quería.

-Eso nena,me encanta ver tus tetas rebotar de esa forma.- Dijo mientras yo aún saltaba y me apretaba los muslos y el trasero con fuerza, sentí que se vino dentro de mi, los dos dimos un ultimo gemido y nos tiramos a la cama. Lo miré con una sonrisa picara y juguetona.

-¿Qué?- él alzó una ceja.

-¿Otra ronda?- Logré que sonriera como yo lo estaba haciendo.

-Con mucho gusto.- Rodó hacia mi y comenzó a depositar besos por mi mandibula, bajando hasta mi cuello, y llegando a mi feminidad. Con la mano, alcancé la marihuana, preparada que estaba a unos metros de nosotros, en la mesa de noche y comencé a fumarla, mientras él me hacía llegar al cielo con su lengua.

A los pocos minutos, yo ya estaba gimiendo y gritando en la habitación, sosteniendo mis senos y pidiendo más y más. Estábamos sudados.

-Mirame, quiero que me mires cuando te haga venir- Lo miré a los ojos, y separé aún mas mis piernas, para darle espacio.- Grita mi nombre, zorrita, grítalo.- Tomé un puño de su cabello, acercandolo mas, hasta venirme.

-Oh Jayden.... oh.... ¡¡Jayden!!.- Gemí su nombre para luego venirme en su boca, los dos nos recostamos, y él se quedó dormido,  luego de unos cortos minutos, por supuesto yo quería seguir, pero que va, la diversion llegaba hasta aqui, no habia dormido nada.

Me enrollé en las sabanas, sonriendo placentera y cerré mis ojos, quedandome profundamente dormida.

Quisiera mas noches como ésta....

Pero con otra persona.