4 de Mayo del 2016
James
Suspiro cansado y frustrado
-Caesar-llamo al chef, este se gira y me observa - La señorita Mia pide unas fresas con crema.
-Oh si, enseguida se las hago-dice mientras saca unas fresas del refrigerador.
-Si tan solo entendiera que soy su guardaespaldas y no su sirviente-susurro pero Caesar se gira al escucharme
-Se que la señorita tiene un caracter especial-dice- Pero debo aceptar que me sorprende que te trate asi.
-Me odia
-Odiar es una palabra fuerte bombon-dice Mary entrando a la cocina-Caesar la señora Elizabeth quiere un cafe calientito.
Caesar asiente.
-¿Entonces que siente por mi? Por que lo unico que ella piensa es como hacer que me despidan o que yo mismo renuncie.
-Solo dale tiempo-dice Caesar-Veras que las cosas cambiaran.
-¿A ustedes tambien los trato a si?-pregunto
-Para nada-dice Mary-La señorita se lleva muy bien con todo el personal...bueno, excepto contigo.
-Mary-la regaña Caesar mientras yo rio.
-¿Que?-le contesta ella despistada.
Llevo dos dias de conocer a ambas persomas y ya me han caido muchismo mejor que la misma Mia.
Mary es una mujer muy gordita y chaparrita pero da ternura y a la vez risa, pues es una persona muy graciosa. Caesar, el chef, que no dudo que sea gay, se la pasa regañandola por sus comentarios, pero al igual es buena persona.
-Por cierto, ¿Como dormiste anoche?-me pregunta Caesar.
-Bastante bien gracias-digo.
El señor Evans me ofrecio una habitacion aqui mismo en su casa en la que podia dormir para estar mas cerca de la señorita Mia. Aqui todos los empleafos tienen sus propios dormitorios y sus baños, solo que es un lugar alejado de la residencia. Que esta conectada a la sala de los empleados cuya puerta esta aqui mismo, en la cocina.
Lose, es un lio.
Ayer fue mi primera noche aqui en la residencia. Durante el dia no tuve que estar al pendiente de Mia pues se la paso encerrada en su habitacion y por momentos salia hacia la cocina. Asique no fue un dia trabajoso o laboreoso. Lo unico de que me quejo fue en la mañana, y sobre todo cuando le dijo que no me queria aqui.
No puedo negar que no me gusto para nada escuchar eso. Que tu jefe diga eso es bastante duro. Pero recuerdo que Mia es una niña caprichosa por lo que no le tomo importancia.
-Aqui estan-dice Caesar tendiendome el plato de fresas para Mia.
-Gracias.
Subo hacia su habitacion con el plato en la mano y toco su puerta dos veces pero no responde.
-Señorita Mia-digo y vuelvo a tocar-Señorita aqui le traigo sus fresas que pidio-vuelvo a tocar pero obtengo el mismo resultado-Señorita Mia.
Abro la puerta y me adentro a su habitacion, una la cual esta vacia.
-¿Señorita?-pregunto, dejo el plato de fresas en su mesita y me acerco a la puerta del baño- ¿Señorita Mia?
No hay ruidos por lo que deduzco que no esta aqui. Salgo de su habitacion y bajo al primer piso. Camino y me paso por sala, tambien por la cocina que Caesar y Mary me ven confundidos. Voy al mini gimnasio que tienen y esta vacio. Salgo al patio trasero que se conforma de un lugar bastante espacioso que cuenta con un mini kiosko, una pequela cabaña de vidrios con flores y plantas. Entonces escucho un chapuzon en la alberca que esta techada. Entro al lugar y veo como un cuerpo nada por lo mas bajo del mar, casi tocando el piso, me espero hasta que salga la persona para saber quien es. La persona suber a la superficie dejandome ver su largo cabello, es mujer.
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El Guardaespaldas
Teen FictionMia Evans piensa que tiene todo en su mundo. Sus padres perfectos, calificaciones perfectas, novio perfecto. Lo tiene todo. Sin contar la gran cantidad de dinero que tiene ella y su familia. Ella creia que lo tenia todo, hasta que llega James Park...