27 de Junio del 2017
JAMES
Arrugue los ojos cuando quise abrirlos y el sol me los lastimo. Di vueltas por la cama hasta que pude ver bien, me estire un poco y bostece. Mire a mi lado y me quede quieto al no ver a Mia, acostada.
Gire mi cuerpo y estire mi brazo para alcanzar mi celular. Era tardisimo, la una de la tarde. Me levanté de la cama y estaba por salir de la habitacion cuando recordé que no llevaba nada puesto.
Busque mis boxers y cuando los encontre me los puse. Me fui directo al baño y me lave la cara y los dientes. Me arregle un poco mi cabello, que Mia se habia encargado de desordenarlo, y bajé.
Las puertas de cristal estaban abiertas haciendo entrar la brisa del mar. Segui caminando por el lugar hasta que escuche la voz de Mia, en la cocina.
Camine despacio tratando de descubrir si estaba sola, o con Ingrid. Cuando mis sospechas fueron aclaradas al verla sola, con una playera suya que le quedaba grande, mientras cocinaba algo y hablaba por telefono, la abrace por la cintura y bese su cuello.
Ella comenzo a reirse y se despidio de la persona con quien hablaba. Dejo el telefono y se giro para verme.
-Buenas tardes, bello durmiente-dijo y bese sus labios sin evitarmo.
-Bella tú-dije haciendola sonreir-Es tardisimo, me dejaste cansado.
-¿Es una queja?-preguntó ella, divertida. Por supuesto que me negue de inmediato- Talvez es la edad, ya no aguantas lo mismo que hace algunos años.
-¿Estas loca? Tengo solo cinco años más que tú-dije algo indignado y ella enarco su ceja. Abrió sus labios formando una sonrisa y adornando sus mejillas con dos hoyuelos.
-Buenisimo, me sentiria mál si fueras seis años mayor que yo-dijo haciendome reir-Bueno, ya está el desayuno ¿Me ayudas a colocar la mesa?
-La mesa ya esta puesta-dije y me dio un pequeño golpé en el pecho-Voy.
Tome dos platos limpios y los lleve a la mesa, colocando uno justo a lado del otro. Regrese a la cocina por dos vasos y la jarra de agua fria. Tome asiento en una silla, y segundos despues Mia camino hacia la mesa con un sartén. Lo colocó en medio y se sento, comenzaba a servirse cuando la sorprendi acercando su silla a la mia. Me miro algo sorprendida y me encoji de hombros.
-¿Que fue lo que hiciste?-pregunté y ella me contesto seria.
-Pavo-dijó. Mire el sarten y confirme que eso, definitivamente no era pavo- Huevos, una receta mexicana.
-¿Y estamos desayunando mexicano por qué...?-pregunté esperando su respuesta.
-Por que me pasaron la receta-dijo comiendo. La observé por varios segundos, fijamente. Ella se sirvio agua y bebio de ella. Hice una mueca y asenti, lentamente. Sabia quién le habia pasado la receta.
-Esta bien-dije sirviendome los huevos revueltos con cebolla, jitomate y chile. Termine de servirme lo que consideraba que me comeria, y los probé. Estaban un poco picosos, pero sabian deliciosos. Por el rabillo del ojo, vi como Mia me miraba discretamente y sonreia- Estan muy buenos, no sabia que eras buena cocinando.
-No soy buena, son huevos, solo segui los pasos de la receta-dijo mientras daba otro bocado. Imite su acción y cuando me trague la comida, hablé.
-Pues dile a Erick que gracias por pasartela, de verdad saben muy buenos-segui comiendo, pero vi que Mia dejo de comer. Se limpio la boca con la servilleta y bebio de su agua-Tranquila, no estoy enojado.
-¿De verdad?-preguntó con cuidado. Deje de comer y me rei un poco, soy celoso, no es nuevo. Pero no me enojaria por eso, en lo mas minimo.
-No, me cocinaste Mia. De verdad muchas gracias-dije tomando de su mano, sentir el calor de ella, su piel junto a la mia, era jodidamente maravilloso. Estoy convencido de que esto era correcto, nada me decia lo contrario. Ni por su padre, ni por mi trabajo, ni la diferencia de clase social, ni mucho menos los cinco años que le llevo.
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El Guardaespaldas
Teen FictionMia Evans piensa que tiene todo en su mundo. Sus padres perfectos, calificaciones perfectas, novio perfecto. Lo tiene todo. Sin contar la gran cantidad de dinero que tiene ella y su familia. Ella creia que lo tenia todo, hasta que llega James Park...