<18> Distance parte <2>

19 1 3
                                    

Todo se volvió un poco más frío después de esa petición.
La primera de una de tantas razones era el trabajo tanto  como el  de el, como el mío, no había mucho tiempo disponible y el poco que había lo dedicaba a James.
El era muy pequeño y necesitaba toda la atención de su madre.
La intimidad era buena, creo que era lo único en lo que éramos buenos. Tal vez porque siempre hubo una atracción sexual por parte de ambos. Pero poco a poco dejo de ser efectivo, cada vez menos recurrente y con menos pasión.
Nos volvimos unos completos desconocidos.

Recuerdo que íbamos a salir de fiesta la noche en la que nos dimos cuenta de que todo esto se había ido por el caño.

Estaba apunto de arreglarme poniéndome mis zapatillas favoritas y mi vestido entallado, lo vi parado atrás vez del espejo.
Tan guapo y refinado, a veces lograba sentir que no lo merecía como esposo. Estaba en lo correcto, el no se merecía está vida ni yo tampoco merecía lo que estaba ocurriendo, pero éramos muy jóvenes y inexpertos, creyendo que la vida nos daría grandes cosas a manos llenas, lo hizo, pero no dio ninguna felicidad.

Nos marchamos en el auto sin mucho que decir, como lo había mencionado antes, éramos un poco desconocidos, lo único que pudimos mantener fue la paz entre nosotros, al menos antes de esa noche.

Llegamos, las luces tan brillantes como siempre, la música tan fuerte y toda clase de tipos tratándo de hundir lo que fuere que tuvieran en cuerpo y alma con alcohol.

Nos sentamos por unos segundos antes de que sus amigos llegaran.

– ¿Te gusta el lugar?

– Me encojo de hombros. – Deje de clasificarlos hace mucho tiempo, nunca estuve totalmente de acuerdo en asistir a estos lugares pero Ian y Kayle me han acostumbrado.

– Sonríe levemente. – Cierto, había olvidado eso...

Lo último que dijo, con el tono en el que lo hizo, logro que me diera cuenta de lo mal que estaba todo esto.
Si voz melancólica me hizo saber que se sentía del mismo modo que yo me sentía, y nadie se atrevía a decir nada.
Me preguntaba el porque.
Tal vez porque ya éramos demasiado adultos como para cometer desfachaz y escándalos, tal vez porque nos queríamos ahorrar el mal rato de un divorcio o sólo tal vez por James.

Sus amigos llegaron fuimos presentados y en sus ojos pude ver que nos miraban como si fuéramos algo lindo, porque eso era lo que demostrábamos por fuera, pero por dentro sólo éramos trozos de lo que alguna vez habíamos soñado.

Nos sentamos en una mesa un poco oculta de la pista y ahí comenzó todo. La pérdida de la conciencia entre cada trago, hace tanto que no hacía esto, y era obvio que ya no estaba para hacerlo.
Pero por esta noche había dejado que todo se fuera al demonio y la imprudencia se había apoderado de mi de una manera muy fuerte.

Besé a un tipo o creo que eran dos.

Recupere un poco la cordura a las 3: 13 am.

Estaba sentada en la cera de afuera del club con los zapatos tirados aún lado de mi y un chico con las mangas subidas por encima de los codos, reconocí la voz, claro que se trataba de Ander.

– Scarlett.

Escuche como reía, entonces note que estaba tan ebrio como yo lo estaba.
Compartiendo la misma cerveza, pero de un momento a otro todo había cambiado de nuevo. El estaba molesto, muy molesto conmigo. Decepcionado, cansado. Realmente ya no era muy claro.

– Besaste a esos tipos.

– Lo lamento.

— Eso no sirve de nada Scarlett.

— Lo sé, lo sé. — Las lágrimas estaban por salir de mis ojos.

— Creo que nada de esto sirve, no funciona, es evidente que hemos cometido un gran error Scarlett. — Las lágrimas comienzan a salir de mis ojos y a sido toda la tristeza acumulada de tanto tiempo. — Es evidente que tu no eres feliz, ni yo lo soy. No puedo hacerte feliz ni tu puedes hacerme feliz a mi.
Pero lo intente por mucho tiempo Scarlett lo intente además... Además te besas con otros.  Yo lo hago, a tus espaldas, los dos hacemos cosas que no son buenas en un matrimonio. – Era evidente su cansancio – Por que no solo te largas a que te folle Bay.

Permanecí en ese lugar no se exactamente por cuanto tiempo llorando.
Después de eso vinieron de vuelta muchas disculpas, innumerables disculpas.
Todo volvió a seguir su curso, el uno y el otro tenía vidas muy ocupadas.
Ajenas y muy distantes.

Un día de esos salí a comprar pero me distrajo la nieve.
Me senté en la banca de un parque, dándome un momento ante el pasar rápido de la vida.

— Que fría mañana ¿No?

Asentí aún chico que se había sentado a mi lado de improviso.
Era atractivo, no era muy guapo,
Con una chamarra negra y unos guantes cubriendo sus manos.
Rizos muy alocados y linda sonrisa, estoy Segura de que no pasaba de los 22.

— ¿Eres Scarlett Whilet? – Dijo un tanto sorprendído. —

— Sonrió. — Así es.

— Te admiro eres fabulosa.

— Mi vida no están fabulosa creeme.

— Debe serlo o al menos yo no lo entiendo, eres una mujer hermosa.

Me saco una sonrisa y lo hizo durante un tiempo, se convirtió en una especie de amante, pero era más como un buen amigo.
Me hizo recobrar la valentía que pensé que había perdido. se que no lo conocí en la mejor etapa de mi vida pero no me arrepiento se haberlo hecho. El fue un gran tipo hasta el día en que deje de verlo.

Y esa fue la razón del como me di cuenta de que mi matrimonio se había ido a la mierda.
Nunca fuimos hechos el uno para el otro, nuestro deber siempre fue ser buenos amigos y la cordialidad aún existe, no me gustaría perder la nunca.

Eso es lo que nos hace mantenernos, el pasar de los años, acostumbrarnos y volver a ser los amigos que fuimos antes y siempre seremos.

Porque odio decir esto, pero James, James Bay siempre tendrá mi corazón en sus manos, pero ahora tal vez solo como un grato recuerdo.

Stay - James Bay Donde viven las historias. Descúbrelo ahora