Capítulo 1: Viaje rotundo

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High School, en eso se resume una vida aburrida de adolescentes. Muchos dicen que la High School es la mejor etapa y puede que sí, pero para las personas que salen a fiestas, les gusta los deportes, las vendimias, y bla bla bla, pero a mi me gusta... ¿Qué mierda me gusta? Me gusta la música un poco, me gusta bailar un poco, me gusta divertirme un poco peeero, no me gustan las fiestas, gente oliendo a alcohol y a marihuana no es lo mío, las reuniones entre amigos son mejores y mucho más sano. Mis padres por su lado están muy agradecidos de eso, les salió una linda niña agradable y con pensamientos de seguir estudiando en un futuro como buena niña, pero allí está el detalle, ni siquiera sé qué voy a estudiar; cada vez que recuerdo eso coloco los ojos en blanco, tan buena estudiante (con excepción a história, gimnasio y geometría) y no sé ni siquiera qué estudiaré en la universidad, pero está bien, estoy a penas por pasar a Junior, aún me quedan otros años.

Ahora mismo estoy acostada mirando mis persianas, escuchando las hojas rozar contra la casa y los pájaros (que de vez en cuando me estresan) cantar desde ese árbol que roza contra mi linda casita en Tallahassee, mi única y querida capital de Florida. Suspiro porque por fin es sábado y no tengo que ir al colegio, quizás es la sensación de que no te despiertas con una alarma sino porque tú misma lo haces, creo que es eso.

Estiro mi brazo izquierdo hacia la mesa de noche y agarro mi teléfono desconectandolo del cargador, le subo el brillo porque no veo absolutamente nada y enseguida veo un mensaje de mi mejor amiga, Alice Bergling. Ash, esa niña linda...siempre llamando la atención de nuestros amigos.

Alice es de tez blanca, ojos verdes y cabello castaño claro, es una chica muy guapa e inteligente y sí, está bastante loca, no tanto como yo pero si lo está, por eso somos mejores amigas.

Alyyyy

Buenos días imbécil, cómo amaneces?

Ya te dijeron tus padres lo del viaje?

Veo el mensaje, bloqueo el teléfono, me siento en la cama y me estiro un poco para luego levantarme e ir a ducharme; me levanto descalza y con mucha pereza, voy al cuarto de baño a cepillarme los dientes y darme mi ducha tempranera. Me visto y peino un poco mi cabello castaño oscuro, coloco un poco de crema en él y salgo a saludar a mis padres. Mientras camino hacia afuera pienso en mi cabello que toda la vida ha sido extraño, a veces liso a veces ondulado y cuando le provoca, bien explotado.

– ¡Buenos días! –digo con un tono de voz alegre al llegar a la cocina, espero mi mamá me haya hecho waffles– ¿Cómo amanecieron mis hermosos padres hoy?-digo más sarcástica pero amorosa.

Les doy un beso en la mejilla a los dos, el cual me devuelven.

–Grace–dice mi madre mirándome fijamente– ¿Y las pantuflas?

¿De verdad? Ya la mañana iba bien alegre.

–Ay mamá–digo bajando la voz y rascándome la cabeza como si algo me picara.

–Grace–insiste mi madre.

Agh ¿Por qué una mañana feliz no puede ser feliz completamente?

–Voy voy–respondo con un tono de fastidio.

Busco mis pantuflas de conejitos rosados, me las coloco, agarro mi teléfono y salgo a la sala.

– Grace–dice mi padre desde la cocina–ya está lista la comida, ayúdame a servir.

–Voy para allá–digo mientras le respondo a Alice el mensaje que me envió hace rato.

Hola niña, bien y tú? No sé de qué hablas pero ahorita les pregunto.

Un Mundo En Sus Ojos-Disponible en FísicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora