Capítulo 4

2.9K 188 10
                                    

Si antes creía que ir de misiones con un Dragobsleyer era casi insoportable, ahora eran dos.

Digamos que era insoportable al cuadrado.
Por lo menos Roug intentaba mantener las apariencias, todo contrario de Sting, quien se desplomó sobre los asientos,s mi lado, quejandose y ya lleva así mitad de camino.

Quería ver si MiRo era real, pero cuando Roug se sentó al lado de Minerva, ésta no tuvo reacción alguna. Bueno si, me miró con cejas alzadas y después a Sting, y de nuevo a mi.

En qué me

Bostezé y volví a mirar por la ventana. Ya era entrada bien la noche y las estrellas brillaban con intensidad.

-¿Puedes encontrar fácilmente las constelaciones de los espíritus?-murmuró en bajo Minerva, quien se sentaba delante mío.

Sonreí un poco-No, también tendría que buscarlos.

Y de nuevo nos sumimos en silencio. La misión a la que iban era la típica "atrapa ladrones que usaban magia", pero más importante ya que iba de parte de la alcaldía. Lo que también se notaba en el precio: 2000000 Jw.

Cerré para intentar dormir algo. Con el alcalde iríamos a hablar a primera horas de la mañana, así que al llegar no tendría tiempo para dormir.

Casi sin querer saqué la llave rota de Acuario y volví a revivir el momento cuando la perdí.
Si, salvé a todo nuestro gremio, si, vencimos a tartaros... Pero seguía sintiendo como si he perdido.

La sirena, aunque malhumorada, para mi siempre fue de familia, y separarme de ella fue como perder a mamá otra vez.

Noté la mirada de Minerva sobre mi y no se si fue por mi estado de ánimo, la oscuridad, o porque me sentía simplemente quería escupirlo ya, me encontré empezando a contarle toda la historia por primera vez.

-Pasó cuando luchábamos con Tartaros-suspiré-No sabia lo que pasó pero todos desaparecieron, o fueron hechizados con lo que sea... -Munerva asintió dándome a entender que ya sabía de qué parte de la guerra hablaba-Fui la única que sobrevivió y organizaron mi caza.

>>Ya tenía dos espíritus invocados, pero de todos modos estaba perdiendo. Invoqué uno tercero-aspiré aire y parpadeó muchas veces para no empezar a derramar lágrimas. Señalé los restos de llave en mi mano enseñándole el signo -Acuario.

-¿Tres?-preguntó suavemente. Podía ver que estaba asombrada. Supongo que nadie se esperaría de mi algo así.

Asentí -Simolemente lo hice y ya no tenía poder mágico ni siquiera para moverme siquiera. Mis espíritus tampoco podían luchar. Y entonces...

Las lágrimas escaparon de mis ojos y ya no podía pararlas-Y entonces-sorbi por la nariz tragando un sollozo-invoqué al Rey del Mundo Celestial.

-¿Hay una llave así? -espetó con ojos muy abiertos.

-No-rei sin gracia-Cuesta una llave dorada invocarlo.

De nuevo nos sumimos en silencio y le agradecí a Minerva que no estuviera consolándome y simplemente estuviera ahí,  dejándome desahogarme.

-Salvaste a todo tu gremio.

Asentí-De todos modos a los demonios los ganaron ellos, no yo. Casi perdí mi magia en realidad-esta vez mi risa era casi histérica.
Con solo recordar el terror volvía a correr por mis venas.

Estaba con Polushka, y ella no paraba de quejarse de mal estado de algunos magos, y me soltó la bomba de que si fuera una gota de magia más de mi parte, hubiera perdido mi magia celestial. O incluso hubiera podido morir.

Algún Dia...[1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora