Capítulo 1

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"Una semana pasó.
Una larga e interminable semana de soledad. Lejos de amigos y familia.
No sé qué hacer...

Mi mano tembló a la vez que las lágrimas empezaban a caer.

"... mamá, no creo que pueda aguantarlo. Los hecho mucho de menos.
Cuando paso donde antes estaba el edificio, casi por instinto me cubro como si algo iba a salir volando. O alguien ya que nos ponemos ... y cuando me doy cuenta, ya me encuentro añorando el gran edificio del gremio con su bulliciosa gente.

No supe nada de nadie desde hace tres días cuando se marchó Grey con Juvia.

Siento que me estoy muriendo por dentro. No encuentro la razón para sonreír.
Sé que tendré que buscar trabajo tarde o temprano, en este caso temprano ya que pronto esté mes acabará..."

Me sobresalté casi rayando el papel con tinta cuando oí ruidos fuera de casa. Parecía una pelea.

El corazón golpeó con el primer pensamiento de Grey y Natsu peleando por cualquier cosa, pero murió al recordar que ellos estaban lejos.

Dejé la pluma y lentamente me puse de pie y caminé hacia la ventana poniéndome de rodillas sobre la cama, para ver el exterior.

Me sorprendí al ver cabezas conocidas junto a dos exeeds. Los gemelos dragones y Minerva estaban eran.

Los que peleaban , o por lo menos lo intentaba el rubio ya que Roug respondía tranquilamente a todas las pullas. Sting estaba armando todo el jaleo por si mismo.

-¡Hola!-agité mi mano para llamar su atención -¿Y vosotros por aquí?-pregunté.

Sting dejó a Roug y miró la ventana como sus compañeros. parecía que se alegró ya que sonrió y empezó a agitar sus manos saludándome muy activo-¡Hola Lucy-san! Estabamos de misión y decidimos hacer una visita al gremio pero nos perdimos.

Me sorprendí. ¿Acaso ellos no sabían que nuestro gremio ya no existe? ¿Que Master lo disolvió sin sentido poniendo una amenaza grave?

-El gremio se disolvió -murmuré desanimada-¿Quereis pasar a descansar? Tengo dulces para el té.

-¿Se disolvió?-espetó Sting. Sus caras eran graciosas, no como el frío iceberg que me pareció a primera vista.

-Vamos a subir-dijo Roug-Pareces idiota gritando.

-Lo secundo-canturreó Frosh.

Sonreí un poco. Era algo parecido a Happy...

Maldicion, otra vez pensando en el gremio. Maldita droga. Maldita mi dependencia.

Fui a abrirles la puerta y saludé a todos con un abrazo. Después de lo que nuestros gremios tuvieron que pasar, casi se podía decir que eran gremios hermanos, junto a otros claro, pero con Sabertooth teníamos una historia aparte empezando la amistad con guerra.

-Sean bienvenidos-les sonreí a todos intentando que no sean sonrisas falsas-¿Te o café?

-Te por favor, este ya está hiperactivo demás -bromeó Minerva señalando a Sting quien iba de un lado a otro mirándolo todo-¡No seas maleducado maldito!

-¿Que es eso?-Sting levantó su mano de la cómoda donde había muchas fotos enseñando a todos algo roto y brillante.

Oh no.

Corrí a quitárselo rápidamente, creo que asustándolo incluso, y abrazé el resto de la llave rota de Acuarus contra mi pecho-No es nada. Sólo... algo muy importante.

Sting frunció el ceño ante mi reacción, pero si quizo decir algo lo omitió.

-Te ayudaré con el té para compensar las molestias-Minerva dejó su pequeña mochila en el sofá rosa y se quitó su chaquetilla ligera para dejarla donde la mochila.

-No sois molestias-me reñí a mi misma por ser una mala anfitriona, cualquiera se horrorizaría ante mi comportamiento-Vamos, ¿cual preferís?¿Negro, verde o...

-El normal-anunció Sting.

Subí las cejas mirándolo curiosa. ¿El normal?¿Que carajos?
Miré a Roug en busca de ayuda y éste suspiró como diciendo "este idiota no tiene remedio" para despues decir:

-Negro por favor.

Asentí y caminé junto a Minerva a mi cocina.

-Te ves como un desastre-comentó Minerva tras un breve silencio-¿Que vas a hacer?

Minerva procuraba mantener el tono suave, supongo que era evidente que lloré mucho.

Y de nuevo las lágrimas llenaban mis ojos. ¿Me veía como un desastre? Lo sabía, pero no habia ganas de arreglar eso. ¿Que iba a hacer?

-Ni idea-dije en un suspiro y me tragué el sollozo que amenazaba con salir -Estuve pensándolo, y creo que la mejor opción es ir por periodismo.

Otra pauza silenciosa mientras yo llenaba la tetera con agua hirviendo. No me caia mal Minerva, aunque tuvimos nuestros problemas ella era maja pero a su manera. Ella podía estar preocupada e intentar hablar sin darse cuenta que está metiendo el dedo en la herida.

-¿Por que no te vienes con nosotros al gremio? No es Fairy Tail, pero dudo que haya un otro así, pero es divertido supongo. Además, ya sabes, las cosas no son como antes...

Observé a Minerva sacando las tazas de porcelana con cuidado viéndose incómoda. Si, pasaría un tiempo antes de que esa incomodidad se vaya de entre nosotras dos.
Pero esperaba que nuestra amistad empezara como entre nuestros gremios con la pelea de aquellos Juegos Mágicos.

Miré la marca Rosa de mi mano. No tenía voluntad suficiente para borrarmela. Si lo hiciera, sería como si me cortara una parte de mi misma pues tantos eran recuerdos que estaban vinculados a ese marca.

-No creo que pueda cambiar de gremio, siempre seré un hada-murmuré.

-No digo sobre ser oficialmente una Saber, hablo de un tiempo, hasta que decidas hacer algo en concreto.

Cuando miré su rostro sus ojos eran sinceros y se veía claramente que quería ayudar.

Supongo que me veía tan perdida en el mundo como me sentía.

-Otra ciudad, otra gente...A veces un cambio ayuda a seguir adelante -sigue hablando viéndome poner galletas en un recipiente con orden.

-No sé, es complicado. ¿Y si alguien vuelve y yo ya no estaré aquí?

Aunque internamente pensaba en Natsu y Happy, menos en el último, estos dos venían diariamente a su cara. A veces incluso Erza y Grey, Levy, Cana...

Maldicion. Necesitaba dejar de ser tan llorica.

-Nos marchamos hoy en la noche, tienes tiempo para pensar. Y ya sabes, siempre eres bienvenida para venir.

Y por fin, en muchos días sonreí sinceramente-Gracias.

[...]

Miré el reloj nerviosamente.

¿Lo hacia o no lo hacia?

Lo miré de nuevo.

Madre mía, eso estaba siendo muy difícil.

El trio, junto a sus exceeds marcharon hace poco en dirección a la estación de trenes y si no salía ahora, entonces no saldría nunca.

Respiré hondo intentando tranquilizarme.

Me acerqué al escritorio y escribí rápidamente una carta por si alguien viene cuando no estaré, y que me busquen en Sabertooth.

-Ya esta...-susurré y volví a meter la pluma en su lugar.

Caminé al centro del piso y le heché un último vistazo. Se veía un poco vacío sin muchas de mis pertenencias que ahora estaban en dos maletas junto a la ventana que hize a toda prisa.

Realmente iba a hacerlo.

Dejé el lugar con una sonrisa triste y corrí por las calles tan rápido como me lo permitían mi equipaje.

Por fin algo qué hacer con mi vida.

-¡Chicos!-grité cuando a lo lejos vi sus figuras-¡Esperadme!

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Así que aquí está el primero, ¿que os parece la idea de imágenes? ¿Sigo con eso o mejor lo dejo? No se... Creo que tendré que hacerlo a color mejor...

Algún Dia...[1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora