X. Una vez más, con sentimiento

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Al alba, _______ Jeon, de treinta y nueve años, se despertó súbitamente al escuchar el dramático y desafiante sonido del piano, en el hall de su casa de Dupont, Washington. Al acorde lo siguió una tormenta de notas y ella se imaginó que irían desde el principio hasta el final de las teclas, donde resonarían notas más dramáticas. Ésta es la vida que Christine habría llevado con el Fantasma, pensó malhumorada y giró su cabeza, en la almohada.

— Wonwoo...— gruñó, amenazadoramente.

— ¿Qué?— le contestó la voz ronca marido, el pianista Wonwoo Jeon, de cuarenta y dos años, a su lado. La música también le había despertado a él del mundo de los sueños.

— Por favor, haz algo con tu hija— ¡Ladrido, ladrido, ladrido! —... y con ese estúpido perro.

— El perro no es ningún idiota y también es tu hija— levantó la cabeza, lo suficiente como para ver el despertador de la mesita de noche —Son las 6:32 apenas, tenemos un trato.

Sorprendentemente, ella no discutió. Él se lo había esperado, así que se preocupó al ver que no ocurría nada. Sin embargo, al momento sintió un pie en la espalda, otro en el trasero y sólo tuvo tiempo suficiente para murmurar un "¡Espera!", antes de que ella le tirara y separara de las cálidas sábanas.

Al caerse al suelo, el perro dejó de ladrar y entró en la habitación, para investigar. Sin embargo, tuvo que marcharse en cuanto _______ le lanzó una zapatilla.

— Estúpido y asqueroso perro...— se quejó, tapándose hasta la cabeza.

Wonwoo se separó del lío de sábanas, se puso de pie, las recogió y se las tiró a su mujer.

— Me debes una.

Bostezó y salió de la habitación hacia el pasillo, siguiendo el sonido de las notas del piano que tan bien conocía. Y pensar que _______ y él habían aceptado, desde que Scarlet era pequeña, no obligarla a tomar clases de piano... Tal vez fuera por haber estado en contacto con la música, desde antes de nacer. Una tarde, Wonwoo tocó algo para ella, cuando tenía dos o tres años y, al terminar, movió sus pequeñas manos y trató de imitar lo que acababa de escuchar. Lo más impactante fue que recordó todas las notas que había escuchado.

Desde entonces, había estado tocando el piano.

Wonwoo subió las escaleras y vio a su hija sentada en el mismo banco en el que él y _______ habían compartido su primer beso. No llevaba pijama, sino ropa de estar por casa que (por suerte) tapaba bastante bien su figura. Se parecía mucho a su madre; no tenía tanto pecho como ella, pero su figura era muy bonita. Además tenía sus ojos y tal vez por eso le costaba tanto decirle que no, a veces. Sin embargo, tenía el pelo de su padre y algunas de sus expresiones también eran suyas.

— Buenos días, Scarlet— la saludó, sin ningún tono especial, mostrando lo cansado que estaba.

— ¿Ya es de día?— contestó ella con tristeza, marcando un acorde tan disonante que hizo que el cocker spaniel que tenía detrás diera un profundo ladrido. Puso una expresión trágica que, añadida a lo mucho que se parecía a su padre, le dio un aire aún más lamentable y se desplomó sobre el piano.

Wonwoo deseó que, fuera lo que fuera lo que le ocurriera, no tuviera nada que ver con los chicos.

— Hoy tendremos compañía. Verás a Raina y a Hansol desde...

— Desde octavo.

— ¿Cuándo fue eso, el año pasado?

— Fue hace tres, papá. Oye, ¿sabes cuántos años tengo, acaso?

— Claro que lo sé, pero hago como si siguieras en primaria— se sentó en el banco del piano, le quitó las manos y empezó a tocar algo con lo que esperó animar a su bella durmiente —¿Qué ocurre? Pensé que estarías más contenta por volver a ver a tus amigos.

| m u s i n g s |  ♡ wonwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora