EX'ACT WORLD

White Noise.

El ruido de la ciudad les daba la bienvenida a aquel extraño lugar del que por apariencia deberían pertenecer, pero en realidad, estaban demasiado distantes de sentirse parte de aquel gran gentío. Por lo menos ChanYeol se sentía de aquella forma.

Ver todas esas personas atareadas, yendo de un lugar a otro pendientes de un aparato rectangular al que llamaban celular, lo enfermaba. La primera vez que el lobo vio a alguien hablándole a ese aparato, la única idea que pasó por su mente es que estaba loca. Luego de eso, Kai tuvo que explicarle para qué servía el famoso teléfono móvil.

– JongIn, esto tomará mucho tiempo? – el más alto preguntó algo fastidiado porque al estar emparejado con su esposa, podía percibir los sentimientos de esta y no eran para nada buenos.

– Sería más fácil si lo hubiese mordido. – JongIn se reprocha a sí mismo porque sí; todo el trabajo de búsqueda sería más sencillo si hubiera mordido a KyungSoo cuando tuvo la oportunidad. Sin embargo, se arrepintió al último momento y tan solo besó el hombro del de piel blanca. Aquella expresión de decepción en el rostro del humano lo persigue y ni siquiera entiende con qué motivos no lo hizo. ¿Acaso no amaba al bajo? Claro que sí, por algo estaba ahí.

– ¿No puedes seguirlo por el olor? – ChanYeol insistió una vez más, no muy seguro de si lo hacía porque estaba cansado de también llevar los sentimientos de la mujer con quien se enlazó u porque deseaba demasiado poder volver a ver a BaekHyun.

– Hay demasiada gente y no conozco bien todas las calles. Deben de estar en el departamento de KyungSoo, pero no creo que sea por aquí. – el moreno recorrió todo el lugar con los ojos, soltando un suspiro de frustración al no poder encontrar una pista que le floreciera alguna memoria sobre cómo llegar al hogar del pelinegro. Pero, cómo podría recordar un lugar en el que solo estuvo una vez hace tres meses? Mucho menos cuando tan solo siguió a KyungSoo para llegar a aquel edificio muy bonito.

– Deberíamos ir con Yunho y Changmin. Tal vez BaekHyun fue a parar por ahí. – el pelirrojo puso una mano sobre el hombre del menor, intentando reconfortarlo al notar la expresión consternada de este. De todos modos, necesitan un descanso y ese es el único lugar en el que no tendrán problemas de quedarse.

Kai asintió con la cabeza antes de cruzar el paso peatonal que estaba delante suyo. Al menos sí sabía como llegar al conocido café de los licántropos. Un par de calles más abajo y de dar vuelta en una esquina, se encontraron con la entrada del café. Sin dudar ni un segundo y con el delicioso aroma invitándolos, se introdujeron en el interior del lugar. Lo primero que los recibió fueran las miles de miradas de los comensales, entre humanos y lobos, que se encontraban ahí. Ninguno se quedó a observarlos por demasiado tiempo, a excepción de dos pares de ojos que no podían evitar verse demasiado sorprendidos.

Yunho y Changmin no comprendían qué estaba haciendo Kai en su negocio, pero de lo que sí estaban seguros era que no iba a terminar nada bien para algunos. ¿Realmente Jongin estaba a tan solo unos centímetros de distancia por un pequeño humano indefenso?

– Hola, ha sido un largo tiempo, eh? Hasta te emparejaste, Chanyeol. – el menor de los dos lobos exiliados habló con normalidad, aunque obviamente su comentario había tenido un tono venenoso. BaekHyun era como un hermano pequeño para él y el pelirrojo lo había lastimado.

– Bueno, sí, lo hizo. Pero estoy aquí para saber si podían darnos alojamiento y si por casualidad, BaekHyun no había venido por aquí junto a un humano. – JongIn habló rápido al notar la expresión de enojo en los ojos del lobo más alto, sabiendo que debía de intervenir y quizá sacar algo de información para su beneficio.

La pareja de adultos intercambió miradas sorprendidas entre ellos. El moreno de verdad estaba ahí buscando al pequeño humano que habían visto hacia algunas horas y en algún momento de sus vidas, ellos se hubieran respondido en el acto y con la verdad; sin embargo, ahora no tenían ningún tipo de obligación con el menor luego de haber sido expulsados de la manada por el padre de este.