Llegué a casa molida. Me dolían los pies por los malditos tacones y el vestido ajustado se me estaba empezando a pegar al cuerpo por el sudor. Había salido de fiesta con mis amigos y bebimos hasta aburrirnos. Por eso yo ahora mismo no se ni ir hacia mi habitación.
Entro al baño y me despojo de la ropa y decido darme una fría ducha para despejarme un poco. Cuando salgo me enrollo en una toalla y miro el reloj: las cinco y media de la madrugada.
-Vaya, que tarde se ha hecho- pienso haciendo una mueca de disgusto. Tengo por norma no volver mas tarde de las tres.
Estaba poniéndome el pijama cuando mi móvil suena.
-¿Si?
-¿Valentina Rosso?
-Sí, soy yo.
-Lamento comunicarle que su hermana y su marido han sufrido un accidente de tráfico.
Asustada pregunté si estaban bien. Del otro lado de la línea sólo oí un suspiro que vino acompañado de las peor noticia, la cual definitivamente iba a cambiar mi vida.
* * * * * *
Después de esa llamada todo se convirtió en una vorágine de burocracia, consuelos, pañuelos, lágrimas y gritos. En medio de eso yo tenía que ser la fuerte y ayudar en todo lo que pudiera a la señora Sueck, la abuela paterna de los niños. Mis sobrinos estaban destrozados, casi no comían y tenían los ojos súper hinchados y rojos de llorar. Decidí mudarme un tiempo con ellos hasta la lectura del testamento, en el que se daría el reparto de bienes y la custodia de mis sobrinos.
Dejé a los niños con la vecina y nos dirigimos hacia la lectura la señora Sueck y yo.
Cuando nos atendió el abogado, leyó en voz alta el testamento que Agustín y mi hermana hicieron por si alguna vez les pasara algo.
-La finca queda a nombre de la señora Sueck y la casa y la custodia de los niños... te la dan a ti Valentina.
Mi cara debió de ser una señal de lo perpleja que estaba pues el abogado continuó:
- Queremos que nuestros hijos estén en las mejores manos, y no es que dudemos de ti Tina -mirando esta vez a la Sr. Sueck que se encontraba igual que yo- si no porque nos parece que usted está ya mayor para lidiar con un adolescente hormonado, dos niños algo revoltosos y un bebé. Confiamos en que vigiles que todo vaya bien y por supuesto podrás visitarlos cuando tu desees. Y a ti Valentina, te damos lo que más queremos en esta vida, confiamos en ti. Sabemos que será difícil, es lo que tiene ser padre, pero estamos convencidos de que lo harás muy bien. Eres alguien especial. Con cariño, Agustín y Eva.
-Eso debe ser un error, llevaba casi dos años sin ver a mi hermana es absurdo que me dé la custodia a mí, casi no conozco a los niños y me paso el día trabajando -dije con voz sobresaltada.
-Valentina, tu hermana y Agustín lo dejaron bien claro aqui, tu cuidaras de ellos.
La señora Sueck y yo nos miramos y dijimos a la vez:
-Ay.santo.Dios.
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Come with me tonight
RomanceMe llamo Valentina, pero todos me llaman Valen. Tengo veinticinco años y soy dueña de una de las empresas mas importantes del país. Me acabo de enterar que mi hermana a muerto y me ha dado la custodia de sus hijos. ¿Cómo voy a poder ocuparme de un a...