Tristán llegó a la hora que le había dicho y sin hacer ningún ruido. Yo le esperaba despierta en el sofá desde el que se ve la entrada si dejas la puerta del salón abierta. Después de oir que se metía en su habitación pude respirar y dormir tranquila.
A la mañana siguiente preparé el desayuno y llamé a los chicos, Colton no paraba de quejarse con la cara enterrada en la almohada mientras yo le sacudía para que se despertara.
Cuando todos estábamos comiendo empecé a hacer mi interrogatorio de madre controladora a Tristán.- ¿Qué tal ayer ? -pregunté como si no quería la cosa mirando hacia mi víctima .
-Bien -respondió sin levantar la cabeza del plato.
- ¿Sólo bien?
- Si sólo bien.
-¿No bebísteis ni nada de eso? -cuestioné con incredulidad.
-Nop.
-¿¡Y cuando se celebra una fiesta o una quedada con amigos sin bebida ?!- exclamé con incredulidad.
Tristán se sorprendió de mis palabras pero era la verdad, en mis 25 años de vida no había oído una cosa tan absurda como esa. Vale que ayer amenazara al pobre chiquillo con que si venía mi sobrino hebrio le cortaría su fondo sur pero tampoco esperaba que se lo tomaran tan al pie de la letra.
Los cuatro jovencitos que se encontraban conmigo me miraban como si me hubiera salido una cabeza complementaria. Ahora no estaba actuando como una madre, más bien como la joven de 25 tacos que soy.
-Me parece correcto que no hayáis bebido, es más estoy orgullosa de ti, espero y nunca te cojas las cogorzas que yo cogía- me arrepentí de decir eso nada más ver la cara de los chicos.
Carla tenía la boca abierta y los ojos desencajados de sus órbitas casi igual que su hermano mediano, el pequeño de la familia me miraba con una sonrisita adorable signo de que no se había empanado de nada de lo que había dicho y el mayor de los hermanos me observaba con una mezcla de humor e incredulidad que me auguraba un torrente de preguntas que no quería responder ya sea por vergüenza o porque no soy un buen ejemplo.
-¿Alguna vez te emborrachaste?- preguntó Carla sorprendida.
-¡Por suspueto que lo hice! Por quién me tomaís, no creeríais que vuetra tía era una aburrida chica que vivía con siete gatos y no salía de fiesta con sus amigas por estar estudiando, pero que al final se acababa alquilando una peli romanticona como Posdata: te quiero o 500 días con Summer y se sentaba en el sofá a comer palomitas mientras acariciaba a sus gatos y se quedaba dormida a mitad de la peli con la boca abierta y la baba calléndole por la cara ¿verdad?
Ellos bajaron la mirada demostrando que era eso lo que pensaban.
-Pues que sepais que vuestra tía era la más popular de la universidad que iba todos los fines de semana de fiesta y se pillaba las mayores borracheras de la historia- salté indignada por saber que me creían una mojigata, a ver, tampoco era como me había descrito a mi misma pero tampoco era una monja.
Me levanté con una pose de diva y me dirigí hacía mi habitación. Cuando iba saliendo de la cocina me di un fuerte golpe en la rodilla haciendo así que me arqueara del dolor y que se rompiera mi pose de diva. Oí unas pequeñas risitas que intentaban ser ocultadas y recuperando así mi pose me alejé de la cocina cogeando.
Quizás no debería de haberme salido del papel mamá oso, ahora me tendrán como la tía borracha.
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Come with me tonight
RomanceMe llamo Valentina, pero todos me llaman Valen. Tengo veinticinco años y soy dueña de una de las empresas mas importantes del país. Me acabo de enterar que mi hermana a muerto y me ha dado la custodia de sus hijos. ¿Cómo voy a poder ocuparme de un a...