ESTOY FELIZ...

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De un salto se incorporaron y se metieron debajo de la capa. Se colocaron detrás de un pasillo desde donde se podía ver la entrada, y esperaron.

- ¿Ves algo preciosa? - Efectivamente Filch había llegado e inspeccionaba la biblioteca desde la distancia

Hermione y Draco estaban demasiado juntos, Hermione tenía su espalda pegada al anaquel y Draco la aprisionaba de frente, cuando notaron su cercanía, ambos sintieron que sus corazones comenzaban a latir aceleradamente y volvieron a caer en el hechizo de sus miradas, tal como había ocurrido la otra vez, se acercaron como si fueran dos imanes y se fundieron en un beso...

Filch se había ido ya. Ellos ni siquiera lo notaron, pero ya no les importaba nada, el beso había comenzado tranquilo, pero en ese momento había evolucionado. Sus labios se movían frenéticamente, sus lenguas se entrelazaron, las manos de ella revolvian el cabello del rubio y las manos de él estaban una en el rostro de la chica y la otra rodeaban su cintura, para pegarla más a él. No podían parar, y no lo querían tampoco. Una mordida en el labio de la castaña la hizo gemir y saltar rodeando al rubio por el cuello y rodeándolo con sus piernas alrededor de su cintura. Él la sostenía aprisionandola contra el anaquel, el movimiento brusco hizo que éste se tambaleara y algunos libros cayeron, haciendo un ruido sordo.

Se separaron asustados y se quedaron unos momentos en silencio, esperaban que Filch los descubriera en cualquier momento, pero nada pasaba, se miraron y sonrieron. Ella se soltó avergonzada, apenas se daba cuenta de la posición tan comprometedora en la que estaban. Ni siquiera se dieron cuenta en que momento se les había caído la capa y habían estado a plena vista

- Será mejor que nos vayamos, puede regresar - dijo Draco recogiendo la capa

Guardaron los libros que habían estado usando en su lugar y caminaron en silencio bajo la capa hacia la torre de astronomía. Entre risas nerviosas, se despidieron afuera de la sala común de Gryffindor. Ambos se sentían emocionados por el peligro en el que habían estado, pero habían acordado tener más cuidado, si los descubrían, seguro los expulsarían.

Cada uno en su dormitorio, no podían dejar de pensar en lo ocurrido. Se habían vuelto a besar y había sido increíble, mucho mejor que aquel primer legendario beso, y eso ya era mucho decir.

Hermione no podía evitar emocionarse al pensar que tal vez el rubio sí sentía algo por ella, pero a veces se desilusionaba a ella misma pensando que quizá su razón para anhelar los besos del Slytherin podían ser diferentes a las de él. Se encontró reflexionando esto con más frecuencia de la que creyó debido a que la escena se repetía constantemente... y no sólo en su cabeza.

Habían continuado su rutina de "investigación": todas las noches iban cubiertos a la biblioteca, entraban en la sección prohibida, leían algunos libros... y de alguna manera terminaban uno encima del otro... a veces era porque él le hacía la broma de quitarle el libro que ella leía, ella trataba de quitárselo y... terminaban en sesión de besos. Otras veces ella lo golpeaba en el brazo por algún comentario de él y... terminaban en sesión de besos. Otras veces como la primera vez, oían algún ruido, se metían bajo la capa y... terminaban en sesión de besos.

A veces Hermione se preguntaba si realmente estaban ahí por investigar, ya que paulatinamente pasaban más tiempo besándose que leyendo, pero al final decidía que no le importaba, se sentía sumamente feliz durante sus sesiones de besos, de hecho, si por ella fuera, se quedaría todo el día y toda la noche besando a ese chico que la tenía más enamorada cada día... si eso era posible.

En el día, eran compañeros de pociones, trabajaban sumamente compenetrados, y compartían bromas y pláticas inocentes, realmente disfrutaban la compañía del otro, siempre se les veía riendo y bromeando.

DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora