TRIO...

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Hermione llegó al gran comedor sólo para notar que ya era demasiado tarde para desayunar, y rectificó su camino hacia el salón de pociones, se dispuso a esperar a su compañero que al parecer estaba ocupado con sus "amiguitas". Cada vez le molestaba más la actitud de esas niñas para con Draco, cuando él estaba con ellas se portaban todas escandalosas y chillonas, siempre buscaban una excusa para tocarlo, se reían todo el tiempo, además sus faldas eran demasiado cortas, ¿qué pretendían exactamente? Los demás alumnos comenzaron a llegar a la clase, los minutos pasaron, la clase comenzó y Draco nunca apareció

Eventualmente Hermione se dio cuenta de ello y la rabia se apoderó de ella, ¿cómo podía él ser tan irresponsable? Las lágrimas de frustración comenzaron a salir de sus ojos, y apretando los puños salió corriendo hacia su sala común. Ahora no habría nadie, ya que todos estaban en clases, así que podía llorar, hacer berrinche, patalear y desahogarse todo lo que quisiera

A penas hacía unas horas se había permitido aceptar que estaba enamorada de Draco Malfoy y ya había empezado a sufrir por ello. Pero es que ¿qué esperaba ella? ¿que mágicamente él se diera cuenta de sus sentimientos y le pidiera ser su novia?

"No sé por qué todas las chicas creen que pueden cambiar a los hombres, con el sólo hecho de convertirlos en su pareja, como si todos sus defectos o su escencia fuera a desaparecer sólo por estar en una relación con alguien, y se fueran a convertir mágicamente en un príncipe, y comiencen a leerles la mente"

Las palabras de Malfoy resonaban en la mente de Hermione, había un par de cosas que le molestaban, por un lado, ¿quería ella cambiar a Draco? ¡para nada!, se contestó de inmediato, lo que la había hecho enamorarse de él era justamente su escencia, con defectos y cualidades, pero sin embargo tenía que admitir, que si a ella le gustaba el nuevo Draco, ¿a cuántas chicas les puede gustar también? es sólo natural que un chico que siempre había sido hermoso por fuera pero que era horrible por dentro y el hecho de que ahora había cambiado para ser hermoso por dentro también era solo lógico que atrajera a las chicas.

Cambiar. A las chicas les gusta cambiar a los hombres. A él ninguna chica lo había cambiado. La guerra lo había cambiado. La guerra era una perra. Lo había hecho madurar de la manera más dura posible. Pero si había alguien que sirviera como ejemplo de que la guerra había servido para algo, ese era Draco Malfoy.

Hermione se sentía orgullosa de poder ser su amiga. Aunque sólo sea una más... pensó con tristeza y volvió a llorar, hundida en su cama.

Se había quedado dormida llorando, dado que en la noche no había dormido lo suficiente, la despertó el hambre ya que tampoco había cenado, ni desayunado, y ahora que lo pensaba, quizá ya era hora de comer. Así que se levantó y se dirigió al comedor rogando a Dios no tener que encontrarse con Malfoy, estaba demasiado molesta con él, si hubiera podido evitar el comedor, lo hubiera hecho, pero entonces ¿de dónde sacaría comida?

Llegó al comedor y se pidió, se rogó, se suplicó y finalmente se ordenó no voltear a la mesa de Slytherin. Lo logró y como premio se sentó dando la espalda a esa mesa del demonio. Comería rápidamente y saldría de ahí antes de que nadie la viera.

- Hola Granger - Hermione saltó de su asiento y se giró visiblemente alterada hacia el causante de su sobresalto

- Hola Ernie - dijo con rencor en su voz, le había sacado el susto de su vida

- No fue mi intención asustarte, sólo que no fuiste a la clase de runas, y creo que nunca en la vida había visto que faltaras a ninguna clase, a no ser porque algo grave ocurre, así que me preocupé, ¿estás bien? - dijo el Hufflepuff con un tono tímido de voz, lo que hizo sonreir a la castaña y contestarle amablemente al chico de ojos color miel que la miraban tan preocupada

- Estoy bien Ernie, es que... una tarea me mantuvo en vela anoche y creo que perdí la noción del tiempo cuando según yo me iba a recostar sólo por un momento, ya sabes cómo es... - dijo con su mejor sonrisa, porque de reojo, no pudo evitar ver una silueta rubia mirando en su dirección. Así que como no quería problemas con él, decidió probar su suerte - Ernie, ¿has comido ya?

- Sí, iba a la biblioteca

- Genial, ¿puedo ir contigo y así me prestas tus apuntes de la clase del día? - dijo Hermione levantándose y llevándose por el brazo a un confundido Ernie del gran comedor. Se preguntaba si se vería tan patética como sus compañeras de casa se veían coqueteando con Draco.

Había logrado salir de ahí sin encontrarse de cerca con Malfoy, el día siguiente no tenía clases con él, así que sería más fácil evitarlo. Así que Hermione copió los apuntes de Ernie en la biblioteca y se dirigió a su última clase, que compartía con Harry y Ginny

Decidió que si no quería sentirse como el mal tercio, tenía que comenzar a socializar un poco más con el resto de sus compañeros, después de todo, ella era Hermione Granger, heroína del mundo mágico, debía tener más confianza en sí misma, debía seguir el ejemplo de Draco y hacer amigos fuera de sus compañeros de casa. Caminó muy animada dentro del salón y se sentó en la parte de atrás del salón, esperando que se llenara de sus compañeros, esa clase, la compartían con Ravenclaw.

Roger Malone, su compañero prefecto, aquel que la otra noche les había quitado 15 puntos por deambular en los pasillos, la saludó y se sentó delante de ella

- ¿Y donde dejaste a Potter y Weasley? - la pregunta se clavó en el corazón de Hermione, pues rápidamente pensó en Ron, y recordó cuando eran inseparables, pero se recompuso inmediatamente

- Supongo que andan por ahí, ya sabes, últimamente no ando pegada con ellos, es un poco incómodo

- Claro, me lo imagino, aunque a inicios de año había un rumor que decía que ahora ustedes serían los que harían un trío - dijo el chico arrepintiéndose de esto último, pero a Hermione le hizo reír con ganas

- ¿Cómo que ahora? ¿cómo que trío?

- Yo no empecé el rumor, sólo te digo lo que se oía... antes de saberse lo de Potter con Weasley y lo tuyo con el otro Weasley, decían que... tú, Potter y Weasley eran un trío - dijo poniéndose colorado

- Lo que la gente puede llegar a inventar, no se lo digan a Rita Skeeter, bastante mal hizo con sus otras historias sobre mi - comentó una risueña Hermione

- Eres más abierta de lo que pensaba Granger, me caes bien - le dijo el chico justo cuando el profesor ingresaba en el aula y la clase comenzaba

Saliendo de clases Hermione se despidió de Harry y Ginny y se fue a la biblioteca con Roger, resultó que el Ravenclaw también era una buena compañía. Al final de la tarde, llegaron riendo al comedor. Hermione no quería, en verdad no quería ver la mesa de Slytherin, pero no lo pudo evitar, una mirada rápida. Al parecer Draco no estaba. Hermione suspiró aliviada, se despidió de Roger y se dispuso a cenar tranquilamente.

Al final decidió ir a su sala común a leer un poco, pero cuando iba subiendo por una de las torres tuvo la mala ocurrencia de voltear a ver los jardines, donde cierto rubio paseaba al lado de una hermosa chica, Hermione no vio bien su rostro, pero su cabello era hermoso, tenía ondas perfectamente definidas, no como el suyo, y por los detalles de su uniforme, la chica era Slytherin. Así que ya volvimos a las andadas Malfoy, pensó Hermione limpiando una lágrima de su cara.

DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora