Capítulo 33

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Había pasado un mes desde que no sabía nada de Clarke. Debo admitir que vida se había convertido en lo que nunca quise: salía todas las noches, llegaba borracha a mi nuevo departamento, apenas me podía mantener de pie; a veces me caía pero no me importaba, solo quería olvidar, tenía aventuras rápidas, besé a algunas chicas que me invitaban a sus hogares, pero nunca me sentí completamente segura de querer hacerlo, no me importaban tampoco las consecuencias de mis actos. Recuerdo una noche en la cual estuve a punto de ceder ante la belleza de una de estas chicas.

Había quedado de salir a beber y bailar con unas amigas, llegamos temprano a la disco, no había mucha gente en un principio pero no nos importó. Empezamos a bailar en una esquina, dejándonos llevar por la música, las luces y el ambiente. De a poco se comenzó a llenar y decidimos ir a la barra para pedir unos tragos los cuales estaban muy fuertes. Volvimos a la pista de baile, el alcohol ya estaba corriéndonos por las venas, me sentía algo mareada pero no me importó, estaba decidida a disfrutar esa noche como muchas otras.

Luego de unos minutos en los que seguíamos bailando y riendo, noté como una chica que estaba con un chico me miraba bastante... Al principio no le tomé mucha importancia, hasta que esas miradas seguían y eran cada vez más largas. Yo le devolvía la mirada y le sonreía, algo tenía ella que me llamaba más la atención que todos mis ligues previos ese mes. No sé cómo pasó, solo sé que de un momento a otro quede bailando al lado de ella dándonos la espalda mutuamente. Decidí mirarla, ella me miraba sonriendo mientras le bailaba a su amigo, así que me armé de valor y comencé a bailarle yo a ella. Ella se giró y nos quedamos mirando mientras bailábamos, su baile era sensual, lento, ninguna de las dos dijo algo, solo nos dedicamos a bailar. Al cabo de unos minutos ella se acercó lentamente a mi boca, yo no me moví, no sabía qué hacer, todas las noches anteriores en las que estuve en este momento no había sentido nada, pero con ella era distinto, ella provocó que mi cuerpo reaccionara, que una electricidad que creí perdida volviera a aparecer por mi espalda.

-Mira –dijo tomándome la muñeca y llevando mi mano a su muslo posterior, yo cerré los ojos mientras me continuaba bailando.

Se acercó nuevamente a mí para intentar besarme, esta vez si se lo respondí, pero una imagen de Clarke apareció en mi mente, no podía hacerle esto, no con ella. Justo cuando comencé a sentirme "infiel" recordé cuando Finn estaba solo con una toalla en casa de Clarke, así que no pensé más y me dejé llevar por esta nueva mujer que estaba frente a mí.

-Vivo a una cuadra de aquí –volvió a decir

-¿Sí?

-Sí, por si te interesa continuar esto en otra parte –dijo haciendo un movimiento de arriba abajo con sus cejas

-No te prometo nada

Ahora sus bailes eran más lentos que antes, acomode mi pierna entre sus piernas y ella la suya entre las mías, comencé a rozar lentamente con el ritmo de la música, ella acercó su boca a mi oído y comenzó a besarlo mientras yo seguía con mis movimientos.

-¿Aún quieres que vaya a tu piso? –noté que gemía

-Si gustas vamos, eres más que bienvenida –dijo besándome el cuello

Le agarré la mano, miré hacia mis amigas y les hice una señal con el rostro que significaba que me iría, y que no se preocuparan por mí. Ellas me devolvieron una sonrisa de aprobación, salimos del club y comenzamos a caminar muy rápido, necesitaba llegar luego a ese lugar donde podría desatar por fin lo que mi cuerpo estaba pidiendo con tantas ansias.

Vivía en un décimo piso, su hogar era pequeño, para una sola persona, me senté en su sillón mientras ella venía con dos copas de vino.

-Y... dime, ¿cómo te llamas?

Todo lo que sube tiene que bajar - clexa AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora