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Llevo un día entero desempacando mis cosas, todo tiene un recuerdo, una historia. Soy de aferrarme a este tipo de sentimientos, por eso creo que soy tan cerrada al mundo exterior.

Llegue a la caja de las fotos, la que el vecino majo me trajo a casa. Pensé en si habría mirado todas mis fotos de pequeña, que vergüenza. Mis cds y libros plasmaban mis gustos, la caja que más me define, en manos de mi vecino.

Todavía me causa gracia su cara al verme con esa camiseta mojada.

Por que guardo tantas cosas me pregunto a veces y después recuerdo que todo tiene un significado para mi. Si con 22 años guardo tantos recuerdos, no imagino de mayor.

Me vestí y salí de compras luego de pasar un buen rato con todas mis cosas. El aire era necesario para dejar ir los malos pensamientos y comenzar de cero.

La mudanza es debido a un desamor, a una persona que me rompió el corazón y me hizo creer que el era mi destino.

Lo conocí por internet, charlas a la madrugada, horas haciéndome reír. Infinitas confesiones sin vernos las caras, a través de una pantalla. Café, té, cigarros de por medio... el si sabia hacerme sentir deseada y hermosa sin saber ni como era el color de mi pelo.

Un día decidimos vernos, mi estomago rugía de los nervios y las ganas de conocer al ser que me hacia sonrojar todas las noches hacia 5 meses.

Quedamos en un sitio público, dimos la descripción de nuestra vestimenta para identificarnos. Yo fui con mi mejor amigo de respaldo por miedo a que las cosas no salieran bien, un pañuelo sostenía mi cabello y el con una gorra negra y verde me esperaba sentado en una fuente.

Le di a mi amigo el ok para que se vaya tranquilo, Rod todavía no me había visto y yo lo observaba de lejos muy nerviosa.

¿Como lo saludo?

¿Que digo?

No había tiempo de preguntas, solo tenia que acercarme.

Lo hice despacio, mientras el levantaba la mirada hacia mí y yo la bajaba sonrojada. Vi como se paraba y se acercaba hacia mi muy despacio, o al menos asi lo recuerdo, una cámara lenta que me llevaba a mi perdición y yo no lo sabia.

Los saludos y las palabras salían de nuestras bocas como si nos conociéramos de toda la vida, tantas horas a través de la pantalla ayudaban a que todo sea más agradable. El me miraba a los ojos al hablar, me reconocía en el, me veía tal cual soy, le había contado mis secretos mas íntimos, mis gustos, mis placeres. Quería abrazarlo y seguir charlando como cuando una pantalla nos separaba. La noche nos agarró de sorpresa en la fuente, la gente fue desapareciendo y nada importaba. La despedida fue un hasta luego, y un cruce de miradas muy largo. Ni un beso, ni un abrazo, como si no hicieran falta, solo nosotros hablando y contemplándonos.

Asi pasaron los dias, meses. Jamás se me insinuaba, sin embargo nos devorábamos con la mirada.

Un día luego de caminar y charlar sentados en muchos lugares, decidí apoyar mi cabeza en su hombro y recuerdo ese instante como si fuera hoy. Su perfume siempre me encantó y el lo sabia, levanto mi cabeza con su mano en mi mentón y yo sonreí llena de amor hacia el, estaba perdida, había caído en sus manos. Me besó y nunca más nadie pudo besarme asi.

Destiny   - R.D.G -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora