VI

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(si termina la canción, repitela e imagina)

Las chicas del servicio ya no estaban, el desastre de hace rato ya no estaba, ahora solo estaba ella con la televisión esperando a Geoffrey, ¿esperandolo?, que idiotez, bueno si, lo esperaba para reclamarle sobre aquellos cinco o casi semana y media sin que él llegara a casa.

Camino hacia la cocina, tomo uno de los tequilas que estaban ahí, ese nada mas le impregnaría el olor, si trae camisa blanca estaría bien un vino tinto, tomo uno y con los dos camino de nuevo a la sala, ya que estaba sentada coloco una canción, se sirvio un poco del tequila y espero, la canción se repetía y repetía, la hora de la cena llego y con ella su marido también, una sola lampara estaba encendida, el estereo a alto volumen estaba acompañandola, los vecinos tal vez ya se habrían aburrido de su canción pero a ella no le molestaba en cambio cada que la escuchaba nuevas lagrimas salian de sus preciosos ojos, Geoffrey entro y encendio la luz, camino hacia el estereo y le bajo al volumen

Geoffrey – buenas noches, no sé si ya te diste cuenta que los vecinos tratan de dormir ya

Harriet – buenas noches, no, ni me había dado cuenta que ya obscurecio y los vecinos ahora mismo han de estar cenando

Geoffrey – ¿vamos a cenar? – ella rió amargamente

Harriet – ¿Cenar? – negó con la cabeza – cena tú, yo no tengo hambre

Geoffrey – Harriet, ¿Qué tienes?

Harriet – y todavía me preguntas, ha sido una maldita semana y media sin tu presencia, ¿Donde estabas?

Geoffrey – trabajando, ¿donde mas quieres que este?

Harriet – ¡oh!, ¿trabajar es irte a beber con la zorra rubia?

Geoffrey – eso no es cierto, ¿quien te dijo tonta mentira?

Harriet – claro, has estado enamorado de ella desde hace muchísimo tiempo, como fui tan tonta y dejarme engatusar por ti – una nueva lagrima aparecio pero la limpio al instante – bien si quieres cenar vete con ella

Geoffrey – ¡Hattie estoy tratando de hablar bien contigo!

Harriet – ¡yo no quiero hablar contigo!, me duele verte, escucharte, de tan solo ver tu cara y pensar e imaginarme tantas cosas – suspiro – que tonta me veo, si quieres cenar o hablar "bien" - hizo las comillas con los dedos – con alguien, vete con ella

Geoffrey – ¡es que no hay nadie mas!

Harriet – ¡no seas mentiroso!, ¡estas fotos no son nadie! – tomo de la mesita de centro un sobre color manila, el cual fue a dar muy duro en el pecho de Geoffrey – ¡¡estuviste con ella todo el puto tiempo que no estuviste conmigo!! – él chico tomo el sobre y dentro de este estaban las fotos

Geoffrey – dejame explicarte, estabamos haciendo negocios – Hattie soltó una carcajada

Harriet – esta bien Rojas, ¿crees que caere en tu tonta mentira?, largate

Geoffrey – no, Hattie, dejame estar contigo un tiempo, explicarte, recuperar el tiempo que perdí en estos negocios – ella negó y lo empujo

Harriet – bien si tú no te quieres largar, yo lo haré – Geoffrey por un momento penso que se iría de la casa – pero a mi habitación, duerme donde quieras que en mi cama no hay lugar para tí

Geoffrey – ¡esa también es mi cama!

Harriet – ¡no me interesa!, ¡la de la zorra también es tu cama!, ¿Por qué no te vas con ella?

Geoffrey – ¿ya vas a empezar?

Harriet – no lo puedes negar, tremendo besotes que le estabas dando

Geoffrey – Hattie, estas ebría no sabes lo que dices

Harriet – ¡claro que sé y tú eres un maldito infiel! – la chica se sirvio el vino en la copa – ¡salud para ti y para tu zorra! – le dio el sorbo y después como si fuera una figurilla en la fuente lo saco manchando toda la camisa de un color blanco precioso y parte de la cobarta azul que llevaba Geoffrey – buenas noches joven y la puerta esta muy ancha para que pueda salir en estos momentos – lo que quedaba en la copa se lo tiro en la cabeza, para luego aventar la copa a la pared y esta se hiciera pedazos, a paso lento subio las escaleras, Geoffrey en cambio tenía la rabia dentro y empezo a aventar todo lo que se encontraba a su paso, desde jarrones y figurillas de porcelanas a sillones, muebles de la sala, cuando Hatti escucho el ruido subio corriendo y se encerro en su habitación, las lagrimas volvieron a salir, ¿Desde cuando había empezado esta pesadilla?, ah si era su culpa desde que aquella mala noticia llego a sus oídos y se encerro en su mundo en donde no dejo que ni su lindo esposo entrara con ella... Geoffrey también lloraba había veces en el que la entendía y otras que no, desde esa vez todo había cambiado entre ellos, tomó la botella e intento darle un trago, no pudo la garganta se le cerro y arrojo aquel tequila

Geoffrey - ¿Por qué a nosotros?, ¡estabamos tan bien! – subio corriendo las escaleras y toco a la puerta de Hattie – dejame hablar contigo, te extraño

Harriet – no, ya nada puede romper este muro que he creado en mi

Geoffrey – creo que entre los dos podemos

Harriet – no, porque no quiero que pases, no quiero dañarte mas de lo que ya he hecho

Geoffrey – no me importa, si ahora me estas haciendo daño, ¿crees que lo harás mas?

Harriet – no quiero, por ahora no te quiero ver aquí, vete

Geoffrey – no, Harriet dejame quedarme

Harriet – esta bien, quedate en la habitación azul, aquí no cabes

Geoffrey – podemos hablar mañana?

Harriet – no – coloco el seguro a la puerta y camino hacia las otras puertas

Geoffrey – esta bien, buenas noches, descansa – se escucho como se alejaba de la puerta, Hattie le colocaba el seguro a las otras dos puertas, la que daba a la habitación azul y la que daba a la habitación rosa

Harriet – buenas noches amor – camino a su cama y se dejo caer, estaba fría y demasiado amplia para ella sola, como sea no pudo dormir, hasta la media noche fue cuando comenzo a cerrar los ojos

Al día siguiente los  gritos de Geoffrey la despertaron, el chico estaba de mal humor, le gritaba a sus empleadas

Geoffrey - ¡su labor es limpiar la casa!, ¡Para eso les pago!

X - si señor pero toda la semana hemos estado recogiendo vajillas rotas, vidrios muy filosos, muebles en el piso, ya nos cansamos - dijo suspirando

Geoffrey - ah ¿quieren un descanso?

X - no señor, renunciamos - las señoras miraron a Geoffrey

Geoffrey - no ustedes no renuncian, estan despedidas, fuera vamos, le mandare su paga luego, vamos salgan

¿Y ahora quien les haria de desayunar?, ella tenia hambre, estúpido Geoffrey siempre hace las cosas mal....

"¿Final Feliz? No lo creo" (Prince Royce y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora