IX

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Llegamos al estadio, cuando llegamos me ayudo a bajar, para luego tomar mi mano

Harriet – ¿Royce, quién mas va a avenir?

Royce – nadie, solo seremos tu y yo

Harriet – ¿osea que ibas a venir solo?

Royce – pues si, Andrés iba a estar organizando lo de la fiesta, Marco con su novia y Gabriel y Miguel con Andrés y sus novias

Harriet – ¿no Marco ya era casado?

Royce – si, bueno es su amante la chica con la que esta de novio, pero no le vayas a decir nada a Karen – negué – es en serio Harriet

Harriet – ya te dije que no voy a decir nada

Royce – es que como al rato los veremos tal vez y se te salgan las palabras

Harriet – ya quédate tranquilo que no diré nada – asintió, entrego los boletos e ingresamos al estadio, llevaba puestos unos jeans, una camisa blanca y su gorra azul

Royce – ¿no quieres nada? – me dijo cuando un vendedor paso por ahí

Harriet – no gracias

Royce – ¿segura? – asentí, uno de los tantos vendedores paso vendiendo, hotdogs, pizzas, nachos, Geoffrey le hablo y pidió una mini-pizza y dos hotdogs, del otro lado otro vendedor llevaba cervezas, sodas y aguas, compro uno de cada uno, cuando pidió la cerveza lo mire mal y él solo se sonrió y negó – no te preocupes, no me pondré ebrio hasta el rato

Harriet – ¿faltarás al trabajo? – asintió, un chico se sentó a mi lado, pero no sé que movimiento hizo y me golpeo, me queje y dos pares de ojos voltearon rápido a verme

Royce – ¿Qué te paso Amor?

X – oh lo siento hermosa, fue sin querer, en serio perdón – un Geoffrey enojado apareció

Royce – ¿Qué no ves?, ¿estas ciego?, ¿o que onda?

X – oye hermano fue sin querer

Royce – aja, o solo era pretexto para hablarle a mi novia

X – no la vi discúlpame

Royce – Hattie, cámbiate de lugar – intercambiamos lugares y me abrazo

Harriet – fue sin querer

Royce – aja, si yo conozco esas mañas – lo mire mal

Harriet – ¿ah si? - dije un poco o mas bien un tanto celosa

Royce – si, Andrés siempre que íbamos a un partido las hacía para conseguirse a sus amores de una noche – negué – ¿no quieres? – me ofrecía hotdog – volví a negar – mira ahí viene el avioncito, abre boca

Harriet – Royce vas a tirar eso

Royce – no, soy cuidadoso, abre boca, porque si no el avioncito no va a tener donde aterrizar – reí y abrí mi boca, me lo dio, le mordí, rió y le dio una mordida ahora él, me dio otra vez y volvió a hacer lo mismo, el chico que me había pegado solo veía a Geoffrey y este de vuelta...

* * * 

Recordaba bien la segunda cita que había tenido y la primera vez que conoció a la secretaria de su esposo, la tal Lizandra, la cual por cierto jamás le agrado

Caminaba por el Campus, apenas había abandonado uno de los dormitorios de la Uni y marco, Geoffrey le había dicho que cuando saliera le llamara para que pasara por ella, él contesto y le dijo que en un rato estaría con ella.

Cuando bajo del auto se encontró con la rubia que a veces le gustaba mirar ¿a veces?, bueno que siempre le gustaba mirar, esta le sonrió coqueta

Liz – Hola Geoffrey – Royce sonrió como un tonto embobado

Geoffrey – Liz, hola

Liz – ¿Qué haces tan noche por aquí?

Geoffrey – vine a buscar a un amigo – la chica asintió y se acerco a él

Liz – pues ya aprovechando que vas para allá, ¿me acompañarías a mi habitación?

Geoffrey – si, digo te dejaría en tu edificio

Liz – esta bien, solo quiero que me acompañes y hablemos un poco ¿te parece? – él asintió y juntos empezaron su camino. Harriet ya se estaba aburriendo, así que llamo de nuevo, la voz de Geoffrey se escuchaba tranquila, ¿Enamorada? Tal vez

Harriet – ¿Geoffrey si vas a venir?, es que ya me esta dando miedo porque ya se esta obscureciendo

Geoffrey – tranquilo ya voy en camino

Harriet – ¿Tranquilo? – dijo confundida

Geoffrey – ¡ahorita llego! – no le gusto como le había hablado y no pensó en cosas malas: Celos, ellos eran amigos todavía ¿no?. Escucho la voz de aquella enana y reacciono, tomo la mano de la rubia y corrió hacia los edificios – ¡Enana! – Harriet lo vio a lo lejos, una sonrisa se formo pero luego se desfiguro al ver aquella rubia que venia de la mano del chico que la traía de un ala – lo siento, me encontré con Liz – dijo idiotizado digo hipnotizado, la rizada solo asintió y desvió la mirada – bueno Liz te veo luego ¿vale?

Liz – oh si, buenas noches hermoso – le planto dos besos en cada mejilla y Harriet vio corazones en vez de ojos en la cara de Geoffrey y ella se sintió roja, como la carita enojada de WhatsApp – adiós amigo de Geoffrey – ahora se imaginaba o sentía que se veía sacando humo por la orejas y por la nariz de que estaba enfadadísima...

"¿Final Feliz? No lo creo" (Prince Royce y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora