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El chico veía como la rubia se alejaba, cuando la rubia desapareció la olla exprés exploto

Harriet – buenas noches Geoffrey – tomo el tirante de su bolso y empezó a caminar lejos del moreno

Geoffrey – Harriet, ¿a donde vas? – reacciono cuando la chica estaba ya un poco lejos de él – corrió hacia ella y la tomo de la cintura – Enana no te enojes – la rizada comenzó a forcejear con él hasta que logró soltarse y volvió a caminar – ¿a donde vas?, el auto esta de ese lado – señalo hacia la izquierda

Harriet – ¿y qué?, voy a casa – siguió caminando y Geoffrey corrió para estar a su par

Geoffrey – ¿Y nuestra cita? – se coloco frente a ella, con una mano la tomo de la cintura y con la otra tomo su mentón

Harriet – pues invita a tu amiguita rubia, me imagino que ella aceptara, ya que yo solo soy tu amigO – grito la O y esquivo al castaño para seguir su camino, Geoffrey corrió de nuevo para ir con ella

Geoffrey – ¿te puedo ir a dejar a casa? – la castaña negó – te acompaño entonces, no quiero que te pase algo malo – Geoffrey metió sus manos en los bolsillos de la sudadera que llevaba puesta – ¿sabes que caminaremos mas? – maldición no había pensando en eso, ni se había dado cuenta, detuvo su andar y miro a Geoffrey – ¿dije algo malo?

Harriet tomo su mano y lo llevo de vuelta al estacionamiento de los dormitorios de la escuela, pero recordó del porque estaba enojada con Geoffrey y volvió a caminar lejos de él y del estacionamiento, Geoffrey sonrió por el comportamiento de la rizada y camino a su par de nuevo, iban caminando por la acera, los autos pasaban: lento, rápido, algunos a velocidad media, el estómago de Harriet rugió, tenia hambre, se suponía que irían a comer, pero viendo la situación anterior decidió esperar a llegar a casa, Geoffrey había escuchado aquel ruido proveniente de la rizada.

Geoffrey – parece que alguien tiene hambre – la miro y ella desvió su mirada, el castaño tomo la mano de la chica, por supuesto esta intento soltarse, pero él era mucho mas fuerte que ella y al final se resigno – estamos cerca de mi pizzeria favorita, ¿Te gustaría ir? – se volvió a colocar frente a ella y tomo ambas manos

Harriet – ¿ya no seré tu amigO? – el castaño le sonrió, haciendo aparecer aquellos hoyuelos y negó – esta bien, quiero ir – Geoffrey le pidió su bolso y se lo colgó al hombro para después pasar su brazo por los hombros de la rizada, Harriet tomo la mano que colgaba en su hombro derecho y le sonrió a Geoffrey

Geoffrey – eres perfecta – beso su mejilla y caminaron a la pizzeria

Ya estando ahí platicaron sobre cosas que les agradaban y otras no tanto, la primera pizza fue de peperonni la preferida de Geoffrey, una melodía estaba de fondo (si termina repite)

Harriet – ¿Por qué te gusta el fútbol Americano?

Geoffrey – me gusta correr con el balón en las manos, te has dado cuenta que ni en el soccer o el basquet puedes andar con el balón en manos porque son faltas, entonces por eso preferí el Americano, me gusta también por la atrapadas y cuando siento enojo o furia la saco tacleando a los contrarios, es genial – Harriet lo miro con miedo

Harriet – ¿Y cuando no estas furioso?, ¿Cómo le haces para la tacleada?

Geoffrey – oh bueno eso se lo dejo a uno de mis colegas y esquivo para ayudar, si es que se necesita a mis demás colegas

Harriet – seguidores – dijo sin pensar

Geoffrey – ¿Por qué seguidores? – lo miro sorprendida

Harriet – am porque siempre andan tras de ti y a veces bueno imitan lo que tú haces o te siguen el juego – el moreno sonrió y ella pidió otra pizza, Geoffrey se sorprendió y la miro asombrado – ¿Qué? – pregunto cuando lo miro

Geoffrey – ¿Otra? – dijo mirándola

Harriet – si, tengo hambre, si no quieres no hay problema – Geoffrey rió

Geoffrey – si quiero – ella sonrió ahora

Harriet – es extraño ¿verdad?

Geoffrey – ¿Que comas mas que yo? Si – ella asintió – pero me gusta, muchas plásticas o flacas dicen que van a perder la dieta y yo les digo que si no pueden hacer ejercicio, pero se lo toman muy en serio – se carcajeo y Harriet estuvo de acuerdo

Ya solo habían dos rebanadas en la charola y Harriet tomo una para colocarla en el plato de Geoffrey y él negó diciendo ya no quiero, Harriet tomo la otra y empezó a comerla, al ver que Geoffrey no comía su rebanada, acerco la suya a la boca de Geoffrey y él de nuevo negó

Harriet – mira ahí viene el avioncito, abre boca – él volvió a negar

Geoffrey – Harriet vas a tirar eso – ella negó

Harriet – no, soy cuidadosa, vamos abre – y comió, así le estuvo haciendo hasta que se terminaron las dos rebanadas – vamos, tengo que llegar a casa temprano si no me regañan

Geoffrey – bien – cuando iba a pagar ella le dio lo de una pizza – no, yo las pago – le quiso regresar su dinero y ella negó

Harriet – no quiero que siempre pagues tú, vamonos a las mitades

Geoffrey – solo sera esta vez – ella negó, si quería estar bien con Geoffrey en una relación lo mejor sería eso.

Caminaban de regreso al estacionamiento de los dormitorios, Geoffrey llevaba la bolsa de Harriet y la iba abrazando por los hombros, no muy lejos de donde iban caminando había un parque donde Harriet se alejo de Geoffrey para subirse aquel juego: la resbaladilla o tobogán como algunos le llaman; subió las escaleras y le grito a Geoffrey que la esperara al final para que la atrapara y no se siguiera, el chico se sentó y espero a que las piernas de la chica rodearan su cintura, cuando eso paso tomo ambas manos de la chica por su cuello e hizo que sus piernas se enrollaran mas a su cuerpo para cargarla y reír con ella un rato, la llevo a los columpios y se sentó a su derecha

Geoffrey – entonces enana, ¿Qué deporte te gusta? – la castaña lo miro enojada y él sonrió, amaba decirle ese apodo

Harriet – me gusta el atletismo y la natación, te diría ciclismo pero hace años que no me subo a una bicicleta – ambos rieron

Geoffrey – bueno enana si es tan cierto que eres buena corriendo te desafío

Harriet – va, quien llegué al árbol de tronco grueso es el que gana – Geoffrey asintió y camino con ella para llegar al árbol acordado y dejar la bolsa en una de las ramas, regresaron a donde sería la salida de la carrera y se empezaron a colocar en posición mientras los números iban pasando, cuando el tres llego corrieron a toda velocidad.

Uno de los arboles que estaban a los laterales ya estaba viejo y por lo tanto dejo caer una de sus ramas, ninguno de los corredores se había dado cuenta, pero cuando Geoffrey ya casi llegaba a la meta observo que la rizada no estaba por ningún lado y se detuvo, giro hacia atrás y la vio levantarse poco a poco del suelo, con prisa tomo la bolsa y corrió hacia la chica, quien por cierto tenía una rama enredada en sus piernas, una mano en la nariz y la otra apoyada en suelo, la luz dejaba ver una gran mancha negra en su blusa, Geoffrey la ayudo a pararse y cuando reviso su mano la sangre liquida reinaba en ella, el castaño ofreció un pañuelo de papel y observo su nariz toda llena de sangre

Geoffrey – Hattie coloca tus dedos indice y pulgar en el puente de tu nariz, así – coloco sus dedos en el tabique de su nariz y le mostró a Harriet para que la sangre ya no saliera mas – así esta bien – le dio mas pañuelos a la chica

Harriet – la naturaleza me odia – lo miro a los ojos y él negó para después sonreirle

Geoffrey – ven aquí enana – la llevo a una de la bancas del parque para que se sentara pero al caminar ella cojeo, se había raspado demasiado la rodilla, Geoffrey la reviso de todo a todo, quito las ramas y hojas que estaban en su cabello mientras esperaban, cuando la sangre paro, se ofreció y la cargo en el trayecto que les faltaba, Harriet abrazo su cuello y enrollo sus piernas al cuerpo de Geoffrey – Hattie no te duermas

Harriet – me gusta – le dijo al oído y Geoffrey se estremeció al escuchar ese lindo susurro...

"¿Final Feliz? No lo creo" (Prince Royce y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora