⋆★ Prologo ★⋆

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𝒫𝓇𝑜𝓁𝑜𝑔𝑜

[:: ¡¡Nos mudamos!! ::]

Me adentre en las calmadas aguas de la bañera, con el propósito de alejarme por un momento de la realidad, sumergí completamente mi cuerpo dejando hasta la altura de los hombros. Me encontraba inerte en mi mente, pensando en blanco, observando el vapor que salía de las agua tibias en las que me encontraba. Me sumergí nuevamente dentro de la tina hasta que mis ojos quedaron por encima de la superficie del agua buscando un estado mayor de relajación; hasta que una joya salió a flote enfrente de mis narices. Mi mente cambio repentinamente de estado, se encontraba llena de afirmaciones que giraban en torno a aquel colgante mío... "No conozco bien lo que realmente soy, desconozco completamente el hecho del porque mi habilidad no es normal, lo único que sé es que... me siento débil" pensé. Y sin más salí de la bañera.

[ . . . ]

- ¡Hija ve preparando tu maleta! ¡Nos vamos a mudar!.- Gritaba un hombre de mediana edad desde la otra habitación de su apartamento.

- ¡Wow! Porque será que esta noticia no me sorprende.- Susurraba una adolescente para ella misma desde la pieza que parecía ser su dormitorio. - ¡Vaya manera de dar malas noticias padre!.- Grito esta vez la joven para que su padre la escuchara.

- ___, ya te he dicho que no uses ese tono indiferente de voz cuando te dirijas a mi.- Habló el padre que estaba entrando a la habitación de su hija con tono firme de voz. - Además, ya sabes que si nos mudamos es por cuestiones de trabajo hija... - esto último lo dijo con un tono dulce tratando de tocar el frio e indiferente corazón de su hija rebelde.

- Mira padre... - contesto ___ con toda la seriedad y frialdad posible. - En primera, no tengo otro tono de voz más dulce, este es, y será siempre mi tono de voz. En segunda, ya sé que si nos mudamos es por las cuestiones de tu trabajo padre, ya no debes de decirme las razones por las cuales siempre nos mudamos... - Al terminar su frase ___ soltó un suspiro de cansancio.

- Gracias por comprenderme hija mía. - Abrazo a ___ en un dulce y tierno abrazo que solo duro unos pocos segundos, pues su padre, bien sabía que a su hija no le gustaba mucho el contacto físico con otras personas.

- Está bien papá, no tienes por qué preocuparte. - Dijo su hija en respuesta al abrazo que le había dado su progenitor. - Pero esto me lo tendrás que recompensar... -Dijo ahora su hija con una sonrisa ladina, que claramente mostraba su interés monetario. Su padre resignado solo se limitó a suspirar y responderle a ___.

- De acuerdo, ¿Qué es lo que quieres?.

- Quiero un libro, todos lo que me haz comprando ya los he leído centenares de veces. - Contesto ___ señalando el librero dentro de su habitación que este bien podría competir con una biblioteca.

- Está bien. - Dijo el hombre levantándose de la cama de su hija y dirigiéndose a la puerta. - Pero en cuanto nos mudemos a la nueva ciudad quiero que seas más sociable, por lo menos con los vecinos.

- Sabes muy bien que no hare eso papá.- Le dijo ___ con un tono de voz divertido y una sonrisa ladina.

- Si, lose hija. Y ese es otro motivo por el que nos mudaremos... - Dijo su padre correspondiéndole al gesto de diversión que le había dirigido ___.

『 Instituto One Piece 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora