Capítulo 1 - Taekwoon

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La felicidad, el amor y muchas otras cosas en el universo, son relativas, dependen de puntos de vista y del espacio-tiempo desde donde se le mire. Puedes pensar que la has alcanzado en determinado aspecto, por ejemplo : ser feliz con tu pareja, pero si no tomas un punto de vista diferente al tuyo... ¿se puede llamar felicidad?

Esta es la historia de cómo puedes estar haciendo todo mal y no darte cuenta. Es la historia de cómo puedes estar agotando los comodines de tu final feliz.

El cómo, por dar tu amor por hecho y no cuidarlo, puedes perder partes de la persona que amas.

Es la historia de mi miedo más grande hecho realidad.

Mi nombre es Jung Taekwoon...

* * *

Al salir del juego felicito a mis muchachos por el logro obtenido y les doy la noche libre.

Mi celular vibra una sola vez en el bolsillo, mi esposo Cha Hakyeon dándome fuerzas a través de un pequeño aparato que nos acerca a pesar de la distancia, él está apoyándome aunque no este conmigo en este momento. Estar frente a una academia de baile le ha hecho evitar los viajes seguidos a mi lado.

Y me mata estar tan lejos.

Termino de dejar las cosas listas con respecto al regreso a casa y voy hacia el hotel donde estoy  desde hace una semana.

En el taxi intento llamarlo sin embargo esta vez soy yo quien recibe a la contestadora. Nuestros horarios nos separan más que juntarnos.

Mantener el amor luego de la llegada de La costumbre es realmente agotador. Mi Hakyeon juguetón ha quedado sepultado bajo años de vivencias a mi lado. A cambiado su amor intenso por amor apacible, que si bien, se adapta más a mi, la culpabilidad de haber robado su luz es algo que me carcome día a día.

A todo esto, le añado la distancia, realmente soy malo llevando nuestra relación. Él solo sigue el curso que yo le impongo. Su chispa, solo puedo verla cuando luego de unos días distanciados él olvida toda tranquilidad.

Fue así, como si de un ritual se tratara, cuando estoy fuera del país ocupado con el equipo de fútbol, Evitamos el contacto. Sé que está mal. El esperar una distancia para buscar un acercamiento. Que en estos casos es mejor decir lo que pensamos. Pero no deseo que él vuelva a cambiar por mi. Deseo que sea él mismo. En cualquier lugar del mundo. Siempre él será mi destino.

...
...
...

Al llegar al aeropuerto le escribo un mensaje breve.
He vuelto.

No hay ninguna palabra adicional que pueda mostrar mi alegría de estar aquí. Soy kinestésico cuando se trata de nuestra relación, necesito el contacto físico como si fuera algo de vida o muerte. Solo con un pequeño abrazo de Hakyeon siento que realmente todo está bien.

Encontrar la casa vacía no hace más que deprimirme. Realmente necesitaba que esta fuera una de esas veces en las que abro la puerta y cuento mentalmente 3 segundos para que mi tornado llamado Hakyeon viniera a poner mi mundo patas arriba.

Sirvo una copa de vino mientras pienso en que manera puedo hacer de esta una noche especial.

Sin meditarlo mucho, me encuentro recorriendo pasillos en el supermercado, una cena es la mejor forma de avivar un ambiente. Él no ha devuelto mi llamada, estará en prácticas individuales con sus alumnos. Su paciencia es una bendición.

De nuevo en casa, me pongo manos a la obra con la comida mientras recuerdo esa conversación que sin querer escuche mientras esperaba mi turno para pagar. Dos señoras hablando del esposo de una muchacha que era muy amoroso, mientras ella prefería la calma. Sin llegar a un punto medio todo llego al final. Ella no satisfacía las ansias de amor del cónyuge y no necesariamente eran ansias carnales.

¿Estarás tan asfixiado?

¿Has cambiado por mi o solo has reprimido esa parte de ti?

Las horas han pasado cuando por fin atraviesas la puerta de nuestro hogar. Apago el televisor y decido recibirte. Por un fugaz momento he podido percibir esa travesura en tu mirada. Sin embargo la has vuelto a ocultar. El cansancio no es buen aderezo para una noche de acción, o por lo menos eso es lo que quiero pensar.

Comemos en silencio, yo no te pregunto sobre lo que hiciste en el tiempo que no estuve. Tú no me diriges una mirada. Tú concentración esta en jugar con la comida de un lado a otro.

Con unos tragos de más y el cuerpo ardiente en lujuria gracias a los pensamientos subidos de tono que he alimentado durante el viaje, de esa forma no soy capaz de dormir a tu lado.

Te comento que veré una película en la sala. Asientes mientras te alistas para dormir.

Tú espalda me dice adiós mientras emprendo mi viaje fuera de nuestro cuarto.

Mañana será otro día, es lo que me digo una y otra vez mientras lágrimas calientes empañan mi visión. La película ahoga esos sollozos que escapan de mi.

Los malos pensamientos me abruman, y tal vez con la guardia baja puedo mirar detalles que siempre trato de ignorar.

Lo estoy haciendo todo mal. No estoy dando lo suficiente. Es mi culpa.

Pero  no sé qué hacer, mi vida por favor ayúdame, enséñame, pero por favor...

No me dejes Hakyeon.

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Actualizado 05/11/2019

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