Suena el despertador y muevo mi mano para apagarlo de un golpe.
*Media hora despues*
Abro los ojos y me levanto de un salto de la cama.
- Joder, joder, joder -. Grito mientras abro el armario y cojo lo primero que pillo. Bajo las escaleras corriendo, agarro la mochila y me la pongo en un hombro.
- ¡Buenos días! -. Vuelvo a gritar entrando en la cocina y dándole un beso a mi madre. Agarro una galleta y me la llevo a la boca.
- Ponte bien la mochila -. Me dice mi madre cuando yo ya estoy abriendo la puerta y saliendo a la calle. Cierro y me dirijo a casa de Brooke, que está a dos manzanas de la mia.
Llego dos minutos tarde pero no creo que le importe, suelo hacerlo muy a menudo.
Ella me espera en la puerta mirando el reloj y luego a mi.- ¿Algun día llegarás puntual? -. Me pregunta mientras las dos empezamos a caminar.
- Probablemente no, no esperes mucho de mi -.Añado, y la hago reir.
- ¿Has estudiado? -. Continua hablando.
- ¿Hoy hay examen? -. Le pregunto preocupada.
- Sí, naturales -. *Mi puta vida* susurro, espero que Brooke se esté equivocando y hoy no sea el examen final. Ella no está en mi clase pero tenemos el mismo profesor de naturales y suele poner los exámenes el mismo día en todas las clases.
- Adivino, estuviste demasiado ocupada pensando en como resolver el hambre en el mundo, oh no no, espera, la vacuna para curar el sida -.
- Cállate de una vez -. Le respondo resoplando.
- Eff, eres así, y deberías empezar a preocuparte por lo tuyo y no por lo de los demás, o simplemente deja de preocuparte por todo -.
Entro en el instituto sin despedirme de ella y subo las escaleras para llegar a mi aula.
En el fondo la quiero, por muy pesada e insoportable que se pueda poner.Me siento en mi sitio a esperar que venga Kelly, mi compañera de pupitre. Aunque últimamente se está convirtiendo en más que eso ya que estamos empezando a contarnos nuestras cosas y a hablar simplemente, bah ya me entendéis.
Kelly llega como no, con la chaqueta de punto que tanto adora y los mocasines relucientes, hoy se ha recogido su largo y moreno pelo en una coleta.- Hola -. Me dice al poner su mochila sobre el respaldo de la silla y sentarse a mi lado.
- Hola -. Le respondo mientras saco las cosas necesarias para empezar la clase, o mas bien para que la profesora no me tenga que llamar la atención.
Esta empieza a hablar y yo ojeo las páginas de mi agenda que están plagadas de textos que he escrito durante las clases.
Lo único que me mantiene aquí dentro es que queda una semana de instituto y me iré de vacaciones.El día transcurre como de costumbre, clases, personas que se ponen en grupos para parecer mejores y otro día menos, o mas según donde lo mires, para salir de "mi infierno", o para volver.
Vuelvo a perderme en el rap de camino a mi casa y sin nada más que decir vuelvo a repetir la rutina de comer e irme a mi cuarto.
Así día tras otro, ¿como no agobiarme?.
Realmente pienso que llevo una vida de mierda y más de una vez me he planteado el despedirme de las personas y no salir de mi habitación nunca más. He suplicado a mis padres el mudarnos a otro pueblo o ciudad para cambiar de aires y poder respirar de una vez por todas en mis quince años de existencia, pero claro como es de imaginar mis padres me han mandado a la mierda y han seguido a lo suyo.Una semana después todo seguía igual en mi día a día salvo que ya no tendría que despertarme temprano para hacer la tonta en el instituto durante seis horas cinco días a las semanas, ahora la haría directamente desde mi cama.
ESTÁS LEYENDO
Mañana, ¿me seguirás queriendo?
Novela JuvenilNo soy más que una chica de 15 años con las hormonas algo revueltas y exceso de peliculas románticas para adolescentes. En mis años de mi existencia la libertad ha sido algo ausente y la verdad es que nunca he llegado a sentirla. Esto cambia cuando...