Capítulo 8

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Después de unos días volvió a clase.

Estaba pálida. Su sonrisa era forzada y en sus ojos se veía dolor.

Algo estaba mal.

Tenía ganas de darle un abrazo de decirle que no estuviera triste. Pero seguí sentado detrás mirándola durante las clases, sin decirle nada.

Te lo prometoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora