Capítulo 35

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Había entrado a la habitación donde se encontraba mi esposa, estaba pálida, no era ella, era un parte. Cuando entré quiso recibirme con una sonrisa pero no era la misma sonrisa de todas las mañanas.

-Emy ¿Por qué no me dijiste lo que te sucedía?

Notaba mis ojos cristalizarse

-Mateo, amor. Lo siento tanto enserio no quería preocuparte. El médico me había dicho tres meses y nuestra hijo ya estaría en el mundo y eso es todo lo que quiero. Mi hijo y mi marido. Pero ahora...

Y no aguante las lágrimas ni ella ni yo, albos sabíamos que si no aparecía un corazón que funcionase correctamente con su organismo no se podría hacer nada y solo pensar en eso te partía en dos

No iba a dejar que Emy y mi hijo se me fueran

No


Te lo prometoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora