Hoy era el día que iba a ver a Emy al hospital. Cuando llegamos y la vi, no parecía la misma Emy alegre y con esa sonrisa tan sencilla de semanas anteriores, se la veía apagada y triste. Cuando se giró y su mirada conectó con la mía, noté que algo dentro de ella se había roto. Se levantó y antes de que me diera cuenta me estaba abrazando con su cabeza metida entre mi pecho, la rodee con mis brazos y la acerque lo más que pude a mí, dándoles un beso en la frente. Me pregunto cómo la había encontrado, le dije que eso ahora no importaba y que ya estaba con ella.
Al cabo de un buen rato insistiéndole que debía ir a comer algo, la convencí, diciéndole que yo me quedaba con su padre que no se preocupara. Cuando Emy salió de la habitación una voz gruesa me sobresalto, era su padre que se encontraba en una camilla con tubos conectados a maquinas
-por favor, cuida de ella. Es una muy buena chica y veo que los dos tienen una conexión que poca gente tiene, se cómo la miras sientes que es la chica más hermosa que has visto y la quieres tener a tu lado...lo sé porque yo miraba así a mi mujer
Dicho eso, se hundió entre las sabanas y me dijo que me fuera, que quería descansar. Sin saber que decir asentí con la cabeza y salí de la habitación cerrando la puerta. Emy se acercó y me cogió de la mano para salir del hospital y coger un poco de aire fresco
-¿Qué te dijo mi padre?- me pregunto Emy
Le sonreí, entrelace nuestros dedos dándole un beso en la mano. Desde ese momento lo tenía claro. Quiero a Emy y no la voy a dejar ir
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Te lo prometo
Ficção AdolescenteSiempre había querido empezar a escribir lo que pensaba y sentía en una hoja en blanco. Una hoja sin nada escrito. Una hoja donde yo podía escribir, dibujar, rayar o borrar cuanto quisiera. Una hoja sin ningún comentario que la gente te ponía a cerc...