Hoy tampoco había aparecido. Me estaba preocupando. Tocaba la hora de comer y le envié un mensaje, no me contestaba
Acabo la jornada de clases y fui a su casa. Toque el timbre hasta que mi dedo se cansó, no había nadie, me senté en las escaleras de su entrada a esperar. Nada, no aparecía.
Cansado volví a mi casa. Más de 10 llamadas le había dejado y todas iban directamente al buzón

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Te lo prometo
Novela JuvenilSiempre había querido empezar a escribir lo que pensaba y sentía en una hoja en blanco. Una hoja sin nada escrito. Una hoja donde yo podía escribir, dibujar, rayar o borrar cuanto quisiera. Una hoja sin ningún comentario que la gente te ponía a cerc...