Discreto amor

Te confieso

Creo firmemente en la grandeza del amor,
Es maravilloso, es único, es preciso.
Quieres cuando no te quieren,
No quieres cuando alguien te quiso.

Sueñas despierto, levitas pensando en tu persona amada,
Te sientes solo si no hay nada,
El alma duele de estar guardada
Y amas demasiado si lo amerita.

Vive en tu corazón y mente,
La extrañas, la quieres, la dibujas,
Sin pretexto ni excusas,
Es la persona que quieres realmente.

Pero quizá no sienten lo mismo por ti,
Eso duele y dramatizas, no quieres vivir,
Pareciera que juegan contigo,
Pero sentías en sus brazos el abrigo.

Te confieso, que estoy en esa situación,
Yo amo y amo con locura,
La persona que amo mis heridas con sus manos cura,
Es dueña de mis sueños y mi pasión.

Juega con mi intelecto,
He decidido olvidarla y para siempre,
Pero siempre viene un recuerdo y me lo impide,
Ella nada de mí pide,
Pero mi tiempo a su lado ha sido perfecto.

Relaciones fallidas, personas que lastiman
Todo en la vida, almas que contaminan,
Convives con todos, ríes y observas,
Pero cuando te llega, te llega.

Te confieso que a mí me llegó,
En figura de mujer delgada,
Ojos cafés, cabello largo y sonrisa endulzada,
Y en ella el amor fuerte me pegó.

Se pintaba los labios carmín rojo,
Me besaba sin temor, y con antojo,
Me amaba con su ser y con si piel
Y mostraba que su sentimiento era fiel.

Me enamoró como un loco de su forma de ser.
Que no me importaba una discusión perder.
La amaba hasta más no poder,
Y me destrozó el día que se fue.

Porque se fue sabiendo que la amaba,
Que mi vida por ella daba.
Y sus razones tuvo muy claras,
Tanto que me dejó sin palabras.

Hoy te confieso que la extraño,
Como desde el inicio cuando no la veía,
Y entonces ella no sabía que la quería,
Pero también entonces no me hacía daño.

Hoy me daña su ausencia,
Mi amor en su conciencia,
Necesita, urge su presencia,
Para que me mate, o viva en mí.

Confieso a corazón abierto
Que por esperanza no he muerto.
Vive en mi corazón el día que me vuelva a amar,
Aunque sea solo en sueños que mis ansias llegue a calmar.

Pero lo cierto es que esa mujer de cabello largo,
Que me enamoró como nunca creí,
Y que me dejó de su partida un trago amargo,
Y con ella mis ojos perdí.

Porque te confieso que ahora la buscan,
Mis manos acarician su silueta,
Y como una ruleta,
La recorren de pies a cabeza.

Y si ha llegado a quien ame más,
Me iré y me haré hacia atrás,
Amándola demasiado
Y siempre de ella enamorado.

Pero aquí en éste instante,
Confieso que no pienso rendirme,
Quiero luchar una vez más
Y ser de su vida, el acompañante.