Cuando se trata de ti todo es grato, llegas a mi mente sin necesidad de pensarte puesto que de mis pensamientos no sales desde ese día que me maravillaste con tus labios, así que mi tiempo y espacio es ocupado por ti, aunque estés lejos de mí.
Ya sea dormido o despierto, te sueño, apareces en las imágenes que mi corazón forma para traerte conmigo, para que estés a mi lado y que nunca por ningún motivo te vayas.
Como ayer en la noche, estuve pensando mucho en ti, entraba constantemente a "whatsapp" para ver si estabas "en línea" y escribirte lo que tenía para ti, decirte que te he extrañado como no tienes idea, que necesitaba verte, y quería platicar de muchas cosas contigo. Algo que hago a menudo desde tu partida, para saber cómo estás y me he conformado con verte así "en línea" y saber que estás ahí, sin mí.
Y si estabas ahí, pero me faltó valor, y no por miedo a decirte las cosas, más bien miedo a la respuesta que recibiría, no la sé desde luego, pero no quería sentirme herido por alguna indiferencia, o alguna respuesta que fuera devastadora para mí. Sin hacerme víctima, pero parece que tú si ya has olvidado.
Me recosté sobre la cama, mi cabeza sobre una almohada delgada y me dispuse a dormir, pero el sueño se fue, con demasiado calor, sudando y pensando en lo que aún siento por ti, se me complicaba conciliar mi cansancio, me hacías falta para todo.
Nada era igual, antes los desvelos eran por platicar, bromear, o a menudo por pelear, y ahora mis desvelos eran por extrañarte por pensar en ti y por añorar tu compañía y sobre todo tus besos, esos besos que me dejaron marcado y ellos no concluyeron conmigo, al contrario me dejaron ansioso de más, algo que a ti parecía ya no hacerte falta.
Empezaba a pesarme el día y los ojos junto con él, más dormir aún no quería para ver la hora en que ya no estabas, y pensar que soñabas conmigo, o quizá con alguien más, pero podía imaginar que era conmigo.
Total que no supe la hora en que el sueño me venció, pero dentro del sueño apareciste tú, tan real, no parecía para nada fantasía, eras tú tan hermosa como siempre, que llegabas a buscarme a cierto lugar donde sabrías que yo estaría, con esa sonrisa por delante y tu voz abriendo camino, ponías tu mano en mi hombro, me dabas un beso en la mejilla y suavemente dijiste, -¡He vuelto y esta vez para quedarme a tu lado!-, yo no lo podía creer, solo sé que me levanté de donde estaba y te abracé y besé.
Estabas de vuelta en mi vida, parecías feliz de estarlo, y yo agradecía a la vida por llevarte de regreso y a Dios por escuchar mis peticiones. Volvías y para quedarte, tomabas mi mano y me presentabas nuevamente con tus cercanos y hacías planes conmigo, los mismos que teníamos antes de que te fueras, sonreías y tus ojos brillaban como los de una mujer enamorada, y ahí lo estabas de mí.
Salimos de aquel lugar, yo te cargaba entre mis brazos y me decías que eso te encantaba como desde un principio cuando lo hacía. Que a pesar de mi situación tú me querías y eso era más fuerte según el destino que te había hecho volver.
Escuché un fuerte ladrido de perro, pensé que era tu mascota, pero cuando busqué no estaba cerca, volvió a ladrar, y entre abrí los ojos, y era yo quien estaba soñando, estaba de cabeza a como me había dormido y tu regreso había sido solo producto de un sueño. Qué sufrimiento más grande el haber recibido cierta felicidad momentánea y una tregua vivida gracias a que llegaste en un momento idóneo mientras yo dormía, en mi fantasía lo eres todo, y en mi realidad te sigo extrañando y amando como siempre...
ESTÁS LEYENDO
Discreto amor
AléatoireVer a la persona que nos embruja con solo sonreír, lejos de nosotros y sin saberlo nos hace feliz. No le importa, ni siquiera sabe que existimos, sin embargo, inspira en nosotros ciertos pensamientos. Tomamos un papel, una pluma, miramos el brillo...