Epílogo

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Han pasado dos meses desde que se fue, la extraño demasiado, todos dicen que fue lo mejor, yo no pienso igual, cada mañana al levantarme el recuerdo llega como bala, recordandome que ya no esta conmigo, las cosas cambiaron, con las chicas y los chicos dejamos de vernos, supongo a todos nos afecto, pero tenemos la esperanza de que todo vuelva a ser como antes algun dia.
Le pedi disculpas muchas veces, pero no me escuchó, ya no podia, durante este tiempo prometí ser mejor, mejorar por si algún dia la volvía a ver, que eran mis esperanzas, el dia que me enteré de lo que paso casi me da un infarto de la sorpresa, habia corrido casi 10 kilometros solo por ella, solo para estar a su lado, porque era y es, muy especial para mi y siempre lo seria.

Deje de lado mis pensamientos cuando me acerque a la señora de pie en la entrada, la observe unos segundos pensando bien si debia hacerlo, hace dos semanas que no venía, bastante tiempo a mi gusto, pero mi madre habia dicho que me haria bien un tiempo lejos de este lugar, ya que me estaba haciendo mal, tanto que falte un par de días a la escuela, pero fue algo impactante para mi cuando me avisaron todo lo que había sucedido con ella, por saber que no estaba bien y jamas lo note, ignoraba la idea de que ella estuviera asi o siguiera en ese estado, lo sabia, claro que si, muchas veces vi su brazo cuando el suéter se le levantaba, pero no dije nada, porque talvez le molestaría pero ahora me arrepiento.
Al acercarme esta me sonrió dulce, le devolvi el gesto solo por cortesia, realmente este lugar no era de mi agrado, me ponia los nervios de punta, pero haria el esfuerzo.

-Hola ¿en qué puedo ayudarte?-preguntó amable.

-Hola, mi nombre es Dylan O'brien...y vengo a ver a Lydia Becker.- respondí con una sonrisa antes de que ella abriera la puerta dejándome pasar.

Me ayudaste para luego hundirme (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora