Bonnie sintió un cuerpo a su lado moviéndose bruscamente lo que hizo que abriera sus ojos despertándose. Miro al pelirrojo con la boca entre abierta mientras dormía, suspiro y se sentó en la cama y en seguida un dolor lo atacó. Se quejo en silenció y recordó lo que había pasado hace un rato haciendo que gruñera enfadado.
Decidió levantarse con cuidado para no despertar al pelirrojo y poder irse. tomó su ropa y camino hacía el baño tratando de no hacer ningún ruido. Al llegar se encerró en este mismo y decidió darse una ducha tratando de evitar que su cabello morado se mojara, tomó una liga peinando un poco todo su cabello hacía atrás amarrándolo en una coleta.
Se acercó a la ducha y la abrió dejando que el agua corriera. Espero a que se pusiera cálida para introducirse dentro de esta, dejo que todo su pecho se mojara con el agua caliente tirando su cabeza para atrás para evitar que su cabello se mojara, miro el piso y se encontró con una extraña gorra de baño lo que le causo un par de risitas y mucha gracia ya que esta obviamente le pertenecía a su mejor amigo. La tomó y la observo un rato pero decidió ponérsela para así poder mojarse sin temer de que su cabello se mojara.
Puso su cabeza debajo de el agua y sintió el agua bajarle por los hombros mojandole el cuerpo, estuvo uno par de minutos tranquilo solo dejando que su cuerpo se mojara hasta que sintió como algo caliente y pegajoso descendía desde sus glúteos, hizo un quejido de asco ya que sabía que se trataba del semen de Foxy.
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cuando termino de vestirse quito la liga que sostenía su cabello desordenandolo frente al espejo del lavabo, sonrió cuando sintió que se veía bien y salió del baño encontrando a su amigo aun dormido.
—Pedazo de idiota, sigue dormido... bueno creo que me iré— Murmuró y tomo sus pertenencias saliendo de la habitación. Bajo con pasó fuerte encontrándose con una linda cabellera roja femenina.
—¡Bonnie!— Dijo la mujer con alegría.
— Señora...— contestó algo incomodo.
—¿Qué haces por aquí? ¿Y Foxy? ¿No vendrá a despedirte?—
—O no, esta en su cuarto, pero parecía muy cansado así que decidí irme para que el durmiera, ya debe estar acostado—
La mujer frunció el ceño pero en cuestión de segundos volvió a su sonrisa habitual y fue a la cocina antes llamando a Bonnie con la mano para que la siguiera. Bonnie la siguió hasta la cocina encontrándose con una bandeja grande de galletas.
—¿Sucede algo señora Fox?—
—Solo quiero que te lleves unas cuantas galletas— le dijo con una sonrisa.
Bonnie asintió y la mujer comenzó a empacar una cantidad bastante abundante de galletas en una bolsa de papel, mientras que el pelimorado solo observaba y esperaba a que la mujer dejara de echar galletas. Cuando esta terminó le entrego la bolsa llena de calientes galletas al menor que solo agradeció y menciono que debía irse. La mujer se despidió y Bonnie volvió a retornar hacía la puerta, pero un grito grave llamo su atención.
—¿¡Bonnie!?—. Se escuchó la voz del pelirrojo desde el piso de arriba.
Bonnie se asustó y abrió la puerta encontrándose con una figura femenina y una melena blanca, Mangle estaba apunto de tocar el timbre pero la puerta fue abierta. Está lo miro con desagrado y Bonnie sonrió cínico y le hizo el quite saliendo de la casa cuando sintió los pasos de su amigo por la escalera, sin embargo había sido visto pero realmente no le importaba.