Capítulo 3

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*

Abrí mis ojos de golpe; estaba totalmente confundida pues me encontraba en mi cama con una pijama entera de bananas, y mi gato Banana estaba recostado sobre mis pantuflas, moviendo su cola de un lado a otro.

El reloj sobre mi mesa de noche marcaba las 5:02 am. Miré a todos lados tratando de encontrar una evidencia de que lo que había sucedido la noche anterior era verdad; y la encontré.

La ropa que había utilizado ayer estaba doblada sobre el cesto de ropa sucia y encima de esta se encontraba un trozo de lo que parecía ser papel.

Rápidamente me levanté y tomé el papel en mis manos, tenía una nota escrita:

"Cuando despiertes y quieras hablar conmigo, solo tienes que chasquear 2 veces y apareceré donde estés.

Lauren Jauregui.

P.D.: Te desmayaste después de besarnos. Me gustó mucho hacerlo, pero me gustó mucho más poder ver el sueño que tuviste... *Inserta una imagen de mí mordiéndome el labio inferior aquí* Jajajaja.

El Diablo."

Me sonrojé al instante... ¡Demonios! ¡Todo había sido un sueño!

Fui al baño, cepillé mis dientes y acomodé mi cabello, luego lavé mi cara e hice mis necesidades fisiológicas. Salí a la cocina y puse a tostar unas rebanadas de pan, y decidí probar los chasquidos para contactar a Lauren, quizá ella me ayudaría a ver el desayuno para yo poder bañarme y alistarme para el trabajo.

Me coloqué en todo el centro de la cocina y procuré mantener el silencio y la calma. Caí en cuenta de que no estaba haciendo ningún ritual satánico en realidad y me reí de mi estupidez. Chasqueé mis dedos 2 veces y miré a todos lados para ver que sucedía.

Nada. ¿Acaso todo había sido una broma y ella era una simple chica o...?

Mis pensamientos fueron interrumpidos por los fuertes brazos de una chica alrededor de mi cintura, y luego unos labios en mi mejilla.

Me volteé con lentitud y miré a la persona que me tomaba así, encontrándome con nada más y nada menos que mi mejor amiga; Dinah Jane Hansen.

La abracé al instante, gritando de alegría y empezando a sollozar.

-¡Dinah! ¡Estás aquí! ¿Cuándo llegaste y por qué no me avisaste?-Exclamé emocionada.

De repente escuché una risa como de villano de película, exactamente igual a la que había escuchado la noche anterior cuando había conocido a la señorita Diablo. Me alejé al instante. La figura de Dinah se volvió oscura, como una masa de color negro, y lo único diferente eran esos ojos verdes que brillaban nuevamente como si fueran radiactivos. Mi mirada se centró en esos ojos y me perdí en ellos, pensando en los mil y un colores que debían mezclarse para acercarse a medias a ese hermoso color profundo y vivo, pero a la vez tan frío y cerrado.

Cuando volví a la realidad, la masa oscura había tomado forma y color, y Lauren se había materializado frente a mí, sujetando una rosa blanca con su mano derecha, y rozando sus pétalos contra sus labios.

La imagen era angelical, o diabólica... No sabía con seguridad tratándose de la señorita Diablo.

­-Yo no soy Dinah, preciosa... Soy tu mayor deseo, y algunas veces; tu peor pesadilla. Pero sin duda, soy quien te parece más interesante de toda esta existencia, Camz.-Dijo Lauren, deleitándose en decir todo eso con voz ronca y despacio.-Y espero que no te moleste que me haya tomado la molestia de colocarte un apodo.-Agregó guiñándome el ojo.

Sonreí.-Me impresiona señorita Diablo, creí que era una criatura despiadada, malvada e insensible, pero me equivoqué.-Dije, ella rió levemente.

-En realidad no te equivocaste, pero no lo soy contigo, pues no tengo nada contra ti. Si más bien, te traje una rosa.-Dijo Lauren, extendiendo su mano para entregarme la rosa, y cuando iba a tomarla se convirtió en un ramo de rosas blancas. Era todo muy hermoso.

-Wow, ¿Es así como enamoras a todas las almas?-Bromeé un poco, aunque en realidad si me ponía algo celosa pensar en que yo no era especial para nada.

-Te dije ayer que no había besado a nadie, así que eres la única a la que le he hecho y dicho todas estas cosas, Camz.-Lauren dijo.

"¿Será posible que eso sea cierto?" Pensé, "Quizás si lo sea, pues me imagino completamente, a la señorita Diablo encerrada en el infierno, sin poder salir sin ser llamada".

-Entonces... es muy dulce de tu parte elegirme a mí para ser la primera en tu existencia, Lauren.-Dije sonriendo levemente. Ella me respondió con un guiño y una sonrisa pícara.

De repente un olor a humo se paseó por mis fosas nasales, un olor como a... ¿Quemado?

Reaccioné. "¡Las Tostadas, Idiota!" Gritó mi mente.

-¡Mierda, Las Tostadas!-Grité alarmada. Lauren frunció el ceño, confundida.

Rápidamente busqué un plato y lo coloqué en la encimera, y saqué las tostadas; ya totalmente negras, de la tostadora. Como no había utilizado ningún tipo de protección, me quemé las manos.

-¡Mierda!-Exclamé con la voz llena de dolor mientras dejaba las "Tostadas" en el plato. Mis manos estaban rojas; por la exposición al calor de las tostadas. Las sentía arder.

Lauren estaba inmóvil, parecía que no sabía qué hacer en esa situación. Hasta que por fin logró reaccionar y se acercó a mí, tomó mis manos con dulzura y las besó.

Y poco a poco la sensación de ardor y calor fue desapareciendo. Asombrada miré mis manos y ya no estaban rojas, parecía que nada les hubiera sucedido. Como si nada hubiese pasado.

-Y ahora resulta que también tienes poderes mágicos curativos.-Pensé en voz alta. Lauren rió suavemente.

-Algo así.-Dijo ella, haciendo que me diera cuenta de que lo había dicho en voz alta, o quizás no, y había sido ella quien había leído mi mente.

-Gracias, por curar mis manos.-Dije, sonrojándome por la vergüenza.

-Agradécemelo con un beso, preciosa.-Dijo Lauren, tomándome por la cintura, acercándome a ella.

-¿Te gustó besarme?-Dije atónita.

Ella asintió. –En toda mi existencia he conocido adicciones, pues las adicciones en su mayoría llevan a pecar... Pero nunca había sido testigo de este tipo de adicción; A los besos, a una persona, al deseo por una sola persona.- Lauren murmuró.

-Por favor dime que esto no es otro sueño.-Dije en un suspiro.

Lauren sonrió, pero de una manera diferente a como lo había hecho cualquiera de las veces anteriores, ésta era una sonrisa llena de ternura.

-No pequeña, esto no es un sueño.-Lauren dijo, antes de besarme.

*

Los Ojos del Diablo (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora