Capítulo V

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Después de varias horas esperando sentada en un sofá, Rachel se aproximó y me hizo un gesto para que me levantara.

-La sede ha sido atacada por sublevados del 3, me temo que vas a tener que quedarte aquí esta noche. Todavía no es seguro salir de aquí. - Anunció.

-Pero, le dije a mi hermana que llegaría al anochecer, no la puedo dejar sola.- Reivindiqué.

-Así lo ha dictado la señora Fray , le acompañaré a su habitación.

Resoplé no conforme con aquella decisión aunque finalmente tuve que ceder. Pasamos por un largo pasillo que conducía a las habitaciones. Me dieron una llave pequeña que abría la puerta.
Quedé anonadada cuando vi aquella inmensa habitación con lámparas de araña, cuadros de pintores célebres como Van gogh, Picasso, Da vinci...

Me dejé caer en la cama y al cabo de unos minutos cuando ya había casi conciliado el sueño, llamaron a la ventana. Me resultó extraño que golpearan esta en lugar de la puerta. Me aproximé, la abrí y el viento chocó con mi cara generando así que las cortinas se desplazaran cada una hacia un lado. Pero no había nadie, volví a mi cama y al cabo de unos minutos la golpearon de nuevo. Decidí salir al balcón para ver quién era el causante de los golpes.

-¿Alain?- Exclamé. -¿Qué haces aquí?

-Fui a buscarte a casa y tu hermana me dijo que habías venido aquí, no me quiso decir el motivo, sentí curiosidad y decidí venir.

-Creo que has venido en un mal momento, la sede ha sido atacada y no se puede salir de este sector. -Dije aproximándome a la cama. -Pero, ¿cómo has entrado aquí? Y, ¿cómo sabias que esta era mi habitación? -Pregunté confusa.

-En un principio no me dejaron pasar, hasta que les dije que te buscaba a ti. Reaccionaron de una forma muy extraña cuando les dije tu nombre.

Asentí.

-Los guardias me aseguraron que no podías salir, que ibas a pasar la noche aquí debido al ataque. Después llegó una mujer que finalmente me dijo dónde estabas.

-Rachel. - Le dije afirmando. -Y entonces, ¿por qué no entraste por la puerta?

-Me pareció más original entrar por aquí. - Dijo. Reí ante su comentario.

-¿Por qué me buscabas?- Le pregunté.

-Tenía que decirte una cosa. -Asentí.- He estado mirando la investigación que realizó mi padre sobre El Dominio hace diez años, y he encontrado esto. -Dijo mostrándome una carta aún sin abrir. -Quería abrirla y que tu también la vieras por eso he venido hasta aquí. -Dijo tendiéndome la carta-.

-¿Estas seguro de que quieres que yo también la lea?- Le pregunté observando la carta sobre mis manos

-Si no quisiera que la leyeras no habría venido hasta aquí a estas horas de la noche.- Dijo y una sonrisa se formó en sus labios.

Abrimos el sobre que envolvía la carta y comenzamos a leerla.

26-2-2007

No sé si sabrás resolverlo, no sé si quiera si llegarás a leerlo, solo quiero que sepas que el futuro de la ciudad depende de vosotros. 647286282.

E.S.F

Creo que nunca imaginé que la carta nos iba a conducir a tantas dudas existenciales, dudas que a su vez, si no hubiera sido por dicha, nunca nos habríamos planteado.

-¿Tienes idea de a qué se refieren las iniciales que vienen escritas en la carta?- Le pregunté.

-No sé, nunca había visto a mi padre nombrarlas, ni mucho menos escribirlas. En el sobre pone que el remitente era mi padre, pero no hay ningún destinatario. Por lo tanto quiere decir que nunca llegó a enviar la carta.-Dijo pensativo.

-O posiblemente, la persona que recibió la carta prefirió ocultar su identidad y devolverla sin abrir, sabiendo el riesgo que corría al compartir información sin el consentimiento de El Dominio.- Añadí.

Solo han pasado 5 años desde que El Dominio permitió el flujo de información, antes era prácticamente imposible enviar conocimiento relevante sin que este se percatara. Actualmente, El Dominio solo supervisa los medios culturales como son: los libros, las películas, obras de teatro...

Me desperté al día siguiente mucho más tarde de lo habitual, mi despertador no había sonado. No había podido hablar con mi hermana ya que mi teléfono móvil no aparecía por ningún lado se me debió de haber caído cuando iba en la bici, cosa de la que no me preocupo, hay cosas más importantes ahora mismo, como por ejemplo, salir lo antes posible de este lugar.

Me vestí con la misma ropa que llevaba ayer, ya que Rachel me proporcionó un pijama y ropa interior limpia. Bajé a toda prisa las escaleras que daban al Hall principal y me aproximé a la recepción.

-Rachel, he pasado una noche estupenda en una habitación maravillosa, pero tengo que irme, lo antes posible.

-Alex, creo que tu hermana no ha querido esperar a que regresaras a casa.

Rachel giró sobre sus talones y pude ver a mi hermana, que se encontraba detrás de ella sentada en una silla, sosteniendo a Lucy sobre sus pequeñas rodillas. Una manta cubría los hombros de Emma, y su pelo estaba completamente embadurnado de agua.

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