Epilogo

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Un mes después...


Hay personas que dicen que la vida trae sorpresas inesperadas, que si no te das por vencido en la lucha, tu vida progresa y se llena de sabiduría y de millones de anécdotas que contar, y vaya que es cierto.

El tiempo es como un maestro, cada día te enseña algo nuevo pero tu decides si tomas esa enseñanza o no.

Pues bien, en estas ultimas semanas he aprendido muchas cosas que me han servido para poder comprender el verdadero significado de la vida y me he dado cuenta que a veces las personas están tan enfocadas en lo material o en lo que piensen los demás sobre ellos mismos  que no se dan cuenta que están desperdiciando su vida porque no están tranquilos bajo su propia piel.

Pero... ¿Cuándo fue la ultima vez que alguien se sintió seguro de si mismo en su propio cuerpo?, ¿Cuándo fue la ultima vez que fuimos felices con nuestras vidas, con lo poco o mucho que tuviéramos?

A veces ni siquiera nosotros mismos sabemos quienes somos hasta que sucede algo que nos hace cambiar.

Todo este tiempo que he meditado sobre mi me he dado cuenta que fue gracias a mis amigos y a mi madre que la venda de mis ojos se esfumo, dejándome ver lo feliz que es la vida, lo feliz que es  mi vida.

No puedo explicar lo feliz que me siento ahora, todo a cambiado en mi para bien.

Mi madre y yo somos mas unidas, Natalia se ha vuelto como mi hermana, ahora hacemos casi todo juntas, Amanda se ha convertido en una amiga mas, ella realmente ha cambiado al igual que todos, ya no es tímida ahora es muy amigable y divertida y Edward, bueno, el y yo hemos estado saliendo últimamente  y debo de admitir que todas nuestras salidas han sido divertidas e inolvidables, como la vez que fuimos a jugar futbol y el termino en un gran charco de lodo.



Hoy habíamos planeado un viaje en familia a la playa, irían Natalia y su mama, Edward y sus padres y mama y yo.

Ya se que no somos familia de sangre pero para mi, ellos son mi familia, la mejor familia del mundo.

-¡Coraline, apresúrate ya vinieron por nosotros!

-Ya voy mama solo necesito meter mis gafas de sol a la maleta y ya.

Tal vez suene gracioso pero siempre que vamos a la playa me gusta empacar media casa en mi maleta, hasta pasta dental me llevo.

Una vez que empaque mis gafas de sol baje a toda prisa las escaleras y encontré a mi mama en la puerta apresurándome.


-Buenos días. Nos dijo Edward a mama y a mi cuando subimos a la camioneta.

-Hola nuero buenos días.

-¡Mama!. Le dije sonrojada.

-Oh vamos tarde o temprano el me dirá suegra, ¿por que no empezar a acostumbrarme?.

Mi mama y los padres de Edward comenzaron a reír. Algo que me gustaba era que nuestras familias se llevaban muy bien y todos incluyendo a la abuela de Edward querían que el y yo fuéramos novios. Por eso cada vez que estábamos juntos y alguno de nuestros familiares se encontraba con nosotros éramos molestados. Pero a mi en secreto, me gustaba que me molestaran con el.

Pronto pasamos por Natalia y su mama para después dirigirnos a la playa todos juntos.


Y finalmente llegamos a la playa, El camino se hiso divertido con todas las tonterías que Natalia hacia para hacernos reír a Edward y a mi.

Una vez instalados todos Natalia, Edward y yo comenzamos a correr por la playa lanzándonos arena y mojándonos  como niños pequeños.


Me encontraba sentada en la arena observando el mar cuando de pronto Edward se sentó a mi lado.

-Hola. Le dije.

-Hola. Me contesto.

-¿Sucede algo?

-¿Podemos hablar?

-Ya lo estamos haciendo. Le dije sonriéndole.

-Coraline como ya sabes tu me has gustado desde hace mucho tiempo atrás y ahora que tengo la oportunidad de estar a tu lado me he dado cuenta que eres mucho mas hermosa de lo que yo imaginaba y con hermosa no solo me refiero a tu belleza si no también a ha hermosura de tu ser, me vuelves loco Coraline Montejo y siento que si no estoy a tu lado, no estoy completo. Has hecho que me vuelva un total cursi pero, ¿sabes? me gustaría ser un total y completo cursi a tu lado. He esperado mucho para decirte esto -me dijo mientras sacaba del bolsillo de su bermuda un dije muy brillante  y se arrodillaba- ¿Me harías el gran  honor de permitirme  ser tu novio?

Mi corazón bombeaba rápidamente, tanto que mis manos se pusieron frías y sudorosas, al igual que el, había soñado tantas veces con este momento que llegue a creer que no era real.


-Estas bromeando, ¡por supuesto que si!. Le dije mientras me abalanzaba a el y lo abrazaba.

Coloco el dije en mi muñeca, era hermoso y muy sofisticado.

 Nos quedamos sentados por un largo rato a la orilla del mar mientras el me abrazaba y yo simplemente pensaba que esto jamás lo olvidaría, jamás olvidaría la felicidad que tuvieron todos cuando les dijimos que ya éramos novios. Nuestros padres no pararon de abrazarnos y de decirnos lo felices que se sentían y Natalia solo decía que ya era hora pero que lo nuestro  la hacia sentir muy feliz.




Cada vez que recuerdo como era yo en el pasado me digo a mi misma que la Coraline de antes ha quedado atrás, que todo lo que me ha sucedido ha sido solo una prueba de lo que viene y que sin importar que tan fuerte este la tormenta siempre seré, por que no se trata de superar la tormenta si no de aprender a saltar en los charcos .

Ahora veo a las personas que me rodean y pienso que sin ellas no se en donde estaría ahora, ni que seria de mi.

Cuando escuchas a tu corazón, sabes que la felicidad no se busca, se vive y ahora yo se que mi felicidad son ellos, mi familia y ahora solamente me pregunto ¿Qué mas puedo pedir si los tengo a ellos?




                                                                                             FIN






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