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Disclaimer: Los personajes de Inuyasha pertenecen a Rumiko Takahashi. Kazou pertenece a mi amiga GabyRodin. Yo los utilizo para diversión.

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Llevaba ya dos semanas con su nuevo grupo y para nada se había topado con Inuyasha y los demás. Ella viajaba con su forma humana por el día y por la noche era una yōkai en entrenamiento pues todas las noches Sesshomaru la entrena.

Iban camino a un fragmento que hacía unos minutos la sacerdotisa había detectado.

Al llegar al lugar donde se encontraba una tortuga demonio que al tener un fragmento de la perla en su cuerpo había crecido. El grupo de Inuyasha también se encontraba luchando en el sitio.

Colocando una flecha en su arco apuntó a la enorme tortuga al ir al aire la flecha se cubrió de color rosado la matándolo al instante y el fragmento cayó al suelo y cuando lo iba a tomar el mitad demonio reclamó.

— ¡Eso me pertenece!

— Claro que no, estúpido hanyo. -contestó ella.

— ¿Quien eres? -interrogó la exterminadora.

En ese instante ella se giró quedando de frente—. Solo soy una vieja amiga.

Shippo sin poder evitarlo corrió a ella, quería sentirse entre los brazos de su mamá.

— ¡Kagome! -lloriqueo el pequeño zorro.

— ¿Que haces viajando tú sola? -preguntó el monje.

— De seguro vino a pedir regresar. -aseguró el orejas de perro.

— Oh querido amigo mío que equivocado estás, yo no pienso regresar contigo. —hizo una pausa—: No viajo sola.

— Ella viaja conmigo. —habló el daiyokai colocándose detrás de la chica—. Vayámonos. -ordenó para después darse la vuelta.

— Nos vemos muchachos fue un placer haberlos visto—miró al orejas de perro—quisiera decir lo mismo de para ti Inuyasha.

Salió corriendo con el zorro en sus hombros detrás del poderoso demonio.

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Como era acostumbrado ella estaba en su verdadera forma cuando no había nadie que pudiera descubrir lo que en realidad era.

Como era de costumbre todas las noches ella discutía con él para que comiera lo que le ofrecía de cena, al final él terminaba cediendo y una vez que cenaban ella salía a tomar un baño.

— Ya vuelvo Sessh. -informó mientras se marchaba.

El ojos de oro la miro marcharse e intentó relajarse, pero no pudo, tenía ese extraño presentimiento de que algo podría pasarle a la chica, maldiciéndose por no poderse quedar ahí acostado ignorando el hecho de que la hembra no estaba próxima a él. Se puso de pie y caminó con fastidio hasta acercarse al río y sentarse de espaldas a este mientras escuchaba a la chica tararear una canción, extrañamente eso lo relajó un poco.

Por otro lado se encontraba la sacerdotisa disfrutando de su baño cuando sintió el poderoso yoki de aquel demonio perro, su corazón se aceleró, cuando lo miró se encontraba de espaldas a ella y parecía tranquilo, siguió con su baño con extremo cuidado el que él estuviera ahí la tenía intranquila. Se sentía vigilada. Terminó su relajante baño tatareando su canción favorita del grupo Do As Infinity  titulada Dearest. Llegó el momento de salir.

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