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Disclaimer: Los personajes de Inuyasha pertenecen a Rumiko Takahashi. Kazou pertenece a mi amiga GabyRodin. Yo los utilizo para diversión.

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. -indica cambio de escena.

Indica el pasado.

—indica tiempo actual-

"Indica diálogo de bestia interna".-

"Indica pensamientos"

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El ambiente era horrible en el palacio del oeste, dos enormes y peligrosos canes yacían en el patio principal, el macho había dado su golpe principal pero fue esquivado con agilidad por la hembra. Parecía una lucha de vive o muere, sin contenerse uno ni otro, el macho estaba rodeado de veneno mientras que, a la hembra la rodeaba un aura rosada equilibrada con la demoniaca.

"¡No perderé!" exclamó una vez más el macho para dar una fuerte mordida en una de las patas de su atacante.

Un alarido resonó por todo el castillo.

"No te lo perdonaré" Respondió con rencor.

El aura rosada se intensificó y ella soltó un ladrido mandando una onda de reiki hacia su contrincante.

Un fuerte gruñido de dolor se escuchó de las fauces del Lord.

Ella nos matará, detente Yako. -hablaba el Lord intentando hacer entrar en razón a su bestia.

Enseguida ella iba dar el golpe de gracia cuando un latigazo de color verde se lo impidió.

— Será mejor que se detengan, o de lo contrarío lo lamentarán. -advirtió la inugami de mirada dorada haciendo acto de presencia.

En ese instante la primera en regresar a su forma humanoide fue la azabache seguida del Lord.

— ¿Me podrían explicar qué les sucedió? -preguntó molesta.

— Nada grave. -respondió Sesshomaru más calmado.

— Oh si para tí no es grave el no tener modales, entonces no se que es grave para tí. -contestó aun molesta la sacerdotisa.

— ¡Cierra la boca mujer! -gritó irritado.

La inugami no podía dar crédito a lo que estaba viendo, nunca había visto a su hijo actuar de esa manera, eso quería decir que ella era...— Querida ¿Cuál es tu nombre? -intervino en la discusión.

— Higurashi Kagome, la legendaria Miko-Inu yokai. -habló con orgullo.

— De legendaria no tiene nada. -susurró el albino.

— Ya veo, así que tú eres aquella bebé a la que Touga salvo de la muerte. —sonrío—: Has crecido bastante Kagome.

— ¿Usted ya me conocía? -preguntó extrañada.

— Sí querida—hizo una pausa—también sé que tú eres la prometida de mi hijo. -sonrió al ver la sorpresa en la cara de la chica frente suyo.

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— Inuyasha, ¿has sentido esa energía? -preguntó el monje.

— Si y proviene del oeste.

— Es escalofriante, hay un monstruo que controla ambas energías, yoki y reiki en un solo guerpo. -explicó el monje.

Nuestro SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora