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Disclaimer: Los personajes de Inuyasha no me pertenecen sino a Rumiko Takahashi. Kazou pertenece a mi amiga GabyRodin. Yo los utilizo para diversión.

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. -indica cambio de escena.

Indica el pasado.

—indica tiempo actual-

—"Indica diálogo de bestia interna".-

"Indica pensamientos"

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Nadie podía creer como es que su amigo el monje estaba con vida. Sesshomaru con su mirada evaluaba a cada uno de los miembros de su manada pero su compañera captó su completa atención.

— Sessh. —le llamó sacándolo de su ensimismado para mirarla—. Esto está mal.

— Hijo, creo que lo mejor será que ideemos un plan. –sugirió Inu Taisho sin entender la situación por la cual la humana lloraba abrazada de Kagome.

— Creo que ya es tarde para eso. –le contestó Kagome.

— No si el plan es para nosotros.

— Bien, Kagome iras al frente ayudarás a Inuyasha mientras yo y mi padre nos encargamos de lo demás. –ordenó Sesshomaru y nadie negó.

Inuyasha estaba teniendo una pelea difícil ya que se tenía que enfrentar a su antiguo primer amor, él no quería hacerle daño, la respetaba por lo que alguna vez fueron. Para su suerte Kagome llegó a su lado a apoyarlo en la batalla encargándose de Kikyo.

— Vaya Inuyasha no sabía que dependieras de mi absurda copia. –cucó al hanyō.

— Calla yo vine aquí porque tengo asuntos pendientes contigo, perra. –declaró Kagome y, a su vez, defendiendo a su ahora cuñado.

— ¿Por qué no estás al lado de tu querido Sesshomaru? ¿Ya le aburriste y te votó? –preguntó mientras soltaba una risotada.

— ¡A la que van a votar será a otra! –exclamó colérico Inuyasha olvidándose de lo que le impedía pelear contra ella.

— Kagome.

La aludida entendió el mensaje y una ola de poder espiritual azotó el cuerpo de barro de la sacerdotisa corrompida haciéndola bramar de dolor siendo purificada y lo que una vez fue su cuerpo se hizo cenizas.

Kazou al ver esto grito para después ordenarle a su nuevo juguete que matara a la exterminadora.

— ¡Sesshomaru! –llamó Kagome y el peli plata sonrió dándole su aprobación y como aquella vez que vencieron a Naraku se fusionaron dándole vida a SessKag Inu Taisho que estaba atengo a cada movimiento sonrió y de igual manera se convirtió en un gran perro blanco para atacar al mismo tiempo.

Kazou al verse perdido decidió atacar pero no contra los dos canes sino que el ataque fue dirigido hacia la exterminadora y sin que nadie pudiera hacer nada en contra del ataque el cuerpo de la exterminadora cayó al suelo haciendo enojar más a SessKag que sin pensarlo le lanzó una fuerte patada y un ladrido cargado de energía sagrada haciéndolo gritar.

"¡Esto es lo que te mereces!" –habló la vestía de ambos al mismo tiempo.

Otro fuerte ladrido acompañado de un fuerte alarido de dolor y ya no más el gran can desapareció para después Kagome correr al lado de su amiga, tumbándose a su lado lloró y con su mirada rogo a Sesshomaru que utilizara a Tenseiga.

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Dos meses habían pasado pero nadie podía creer que su amiga la castaña no estuviera con ellos, ese día ni la espada de Sesshomaru pudo hacer algo ella murió y los dejo para siempre.

Kagome caminaba esperando a que pudieran regresar a Miroku a la normalidad, el seguía diciendo que todos eran sus enemigos y que habían matado a Sango.

No tenían la menor idea de cómo le habían regresado a la vida sin utilizar un cuerpo de barro como sucedió con Kikyo.

Él más afectado con la muerte de la exterminadora fue Inuyasha porque para él era como su hermana, la hermana que nunca tuvo y se la quitaron de la peor manera.

Inu Taisho había vuelto al lado de Irasue en el palacio de la luna, preparándose para cuando su hijo anunciara su emparejamiento.

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— Kagome. –la llamó el albino a su espalda haciendo que esta sonriera.

— Sessh.

— Kagome. –la llamó de vuelta mientras la abrazaba.

— Sessh ¿Qué sucede?

— Mañana se llevará a cavo la presentación de oficial de la Lady del oeste.

— ¿Qué insinúas? –preguntó jugando.

El albino ya no dio más respuestas solo se dedico a besarla y acariciarla hasta llevarla a la cama donde ambos se desvistieron por completo.

Con la sensación de sus cuerpos rosándose, piel con piel, ambos gemían. Esa noche sería de ambos sin que nada ni nadie les interrumpiera.

Sesshomaru comenzó a masajear los senos de de Kagome con mucha suavidad sin dejar de besarla para después hacer un recorrido con sus labios hasta llegar a uno de sus pezones donde se encargó de lamer y succionar arrancando varios gemidos de su amante, enseguida comenzó a bajar su mano hasta posarse en su zona más intima donde comenzó a masajear su clítoris con vehemencia dejando sus pezones bajó su rostro hasta colocarlo entre sus piernas y comenzar a lamer aquel liquido que salía de ella, haciendo que ella terminara en su boca.

En un movimiento rápido ella se colocó sobre él haciendo que este gimiera al sentirse bajo el cuerpo de ella.

De igual manera que hizo él ella comenzó a recorrer su cuerpo hasta llegar a su gran erecto pene el cual lo tomo con sus pequeñas manos para masajearlo lenta y tortuosamente, arrancando gruñidos del macho, luego comenzó a meterlo en su boca lenta mente para comenzar una fuerte mamada haciendo que su amante colocara sus manos sobre su cabeza haciendo que fuera más profunda aquella embestida oral, no tardo en soltar todo su semen en la boca de Kagome.

Al terminar aquello el macho ya no aguantó más y acomodándola debajo de él la penetró fuerte y salvaje recibiendo un jadeo de parte de ella, ambos marcaban un perfecto baile de cuerpos justo cuando estaba a punto de terminar él la mordió del lado izquierdo justo en la unión del cuello con el hombro y ella hizo lo mismo, ambos se habían emparejado de la mejor forma: Eternamente.

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— He aquí lady Kagome, la nueva señora de las tierras del oeste. –proclamó Sesshomaru.

Los gritos de celebración se hicieron presentes en forma de aprobación a la nueva señora.

Inu Taisho estaba ahí al lado de su hijo junto a su primera esposa, ambos sonreían ante la felicidad de su primogénito.

— ¡Quiero hacer otro gran anuncio! —habló Kagome feliz.

— Yo lo haré—habló Inuyasha a su espalda — Dentro de dos lunas yo celebraré mi emparejamiento.

Otros grandes gritos acompañados de aplausos resonaron por todo el lugar.

Sin duda esa felicidad les había costado por ella habían pagado muy caro.

Después de todo ellos tenían un gran secreto que al final por ases del tiempo terminaron descubiertos. Siendo felices para toda la vida. Con dos maravillosos hijos, aunque adoptados, pero eran sus hijos.

¿Les gusto? 

No se olviden de comentar y dejar sus sugerencias. 

Sayounara RT.

Nuestro SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora